- Lo primero fue un anuncio de que se iba a realizar esta consagración. Las familias que fueron viendo nacer este deseo en su corazón se iban apuntado.
- Hemos palpado y gustado aspectos fundamentales en nuestro ser persona, en nuestro ser Hijos de Dios: Cristo en el centro de la familia.
- Quizá el fruto del ministerio de un sacerdote no llega a ser conocido por él mismo, Dios nunca deja de sorprender.
Belén Martínez y su familia se consagraron al Sagrado Corazón en diciembre de 2021 “y decidimos ponerle como Rey de nuestro hogar”. Gracias a “una moción del Espíritu Santo”, Belén propuso que se consagraran las familias de Villafranca de Córdoba. Dicho y hecho, Fernando y Mercedes, el matrimonio responsable del apostolado del Sagrado Corazón para vivir en familia en Córdoba, fueron a hablar con el párroco, don Fernando Luján. Y así, el pasado 12 de junio, 70 familias se consagraron y entronizaron al Sagrado Corazón en sus hogares.
“Dios siempre sorprende, y el haber sido testigo de esta realidad ha sido un auténtico don de Dios”, nos cuenta su párroco, don Fernando, un sacerdote de 31 años, que el pasado 25 de junio cumplió 6 años de sacerdote y casi dos de su llegada a la parroquia Santa Marina de Aguas Santas, en Villafranca de Córdoba, una población de 5.000 habitantes.
70 familias de su parroquia se han consagrado al Sagrado Corazón. ¿Esperaba usted una respuesta así?
Sinceramente, este pueblo suele responder de una forma muy generosa a todas las propuestas que surgen desde la Parroquia, pero he de destacar que sí me sorprendió la participación de tantas familias. Dios siempre sorprende, y el haber sido testigo de esta realidad, del deseo de 70 familias de consagrarse al Sagrado Corazón, ha sido un auténtico don de Dios.
¿Qué le dice esta respuesta? ¿Cómo va a cambiar la vida de la parroquia a partir de ahora?
Esta respuesta expresa de una forma evidente la sed de Dios presente en todas las personas, una sed de amor, de amar y ser amado, por lo que el hombre está hecho y siendo esta dinámica de amor la única forma donde el hombre experimente el “mi vida tiene sentido”. Es precioso ver cómo, en la consagración, todo el núcleo familiar queda injertado dentro de esta dinámica.
En Villafranca la devoción al Sagrado Corazón siempre ha estado presente. Durante muchos años (y hace bastante años) la parroquia contaba con el grupo del Apostolado de la Oración.
Y en relación con la parroquia… pues en primer lugar expresar lo que ahora mismo experimento: para Dios no hay nada imposible. Quizás el fruto del ministerio de un sacerdote no llega a ser conocido por él mismo, pero como he dicho, Dios nunca deja de sorprender. El hecho de que las familias permitan entrar al sacerdote a casa, entronizar la imagen del Sagrado Corazón y que el centro del hogar pase a ser el Corazón de Cristo, es el deseo de cualquier sacerdote. Y en segundo lugar, tener la conciencia de que es Dios en cada casa, en cada persona, en cada corazón, el que mira con una mirada de Misericordia, el que llama y ama, y yo un colaborador de ese “hacer” de Cristo en cada alma.
La parroquia tiene una imagen del Sagrado Corazón, ¿ya había un trabajo previo hecho por usted y anteriores párrocos?
Pues podemos decir que sí, porque ya estaría dentro de los planes de Dios. En Villafranca la devoción al Sagrado Corazón siempre ha estado presente. Durante muchos años (y hace bastante años) la parroquia contaba con el grupo del Apostolado de la Oración. Hace unos días me enseñaban un escapulario y un detente de los años 40. Pero esta iniciativa como tal empieza a ser trazada cuando una feligresa me cuenta esta realidad, la consagración de las familias al Sagrado Corazón. A partir de ese momento fuimos poniendo en la oración este proyecto, y cómo un deseo de su Corazón, estas familias le han dado un gran “sí” al Amor.
He de confesar que he tenido un gran ayudante: desde primer momento encomendé este proyecto a San José.
¿Cómo se han preparado estas familias para consagrarse?
Lo primero fue un anuncio al público: se iba a realizar esta consagración. De esta forma las familias que fueron viendo nacer este deseo en su corazón se iban apuntado. A través de la predicación en las distintas Eucaristías con estas familias intentaba desgranar el hecho de esta espiritualidad tan sencilla pero a la vez tan profunda, como es el amor de Cristo a cada uno, el amor del Corazón de un Dios Hombre.
Hemos palpado y gustado aspectos fundamentales en nuestro ser persona, en nuestro ser Hijos de Dios: el sentido de Cristo en el centro de la familia, cómo es el amor de Cristo el que nos explica quiénes somos, qué es nuestra vida, a qué estamos llamados. En definitiva, descubrir que Jesucristo es hogar de Misericordia y su Corazón fuente de vida. Ha sido un trabajo de Tú a tú, dónde nos hemos acercado a cada persona que conformaba las diferentes familias. He de confesar que he tenido un gran ayudante: desde primer momento encomendé este proyecto a San José, y él nos ha acompañado en todo momento.
Me formé en el Seminario Mayor San Pelagio, en Córdoba. Nuestra director espiritual, don Gaspar Bustos, fue aquilatando con el ejemplo de su devoción al Sagrado Corazón la devoción de muchos sacerdotes.
¿Cómo nació en Usted la devoción al Sagrado Corazón?
Principalmente en el Seminario. Me formé en el Seminario Mayor San Pelagio, en Córdoba, y allí nuestra director espiritual, don Gaspar Bustos, fue aquilatando con el ejemplo de su devoción al Sagrado Corazón la devoción de muchos sacerdotes. Su devoción al corazón de Cristo ha sido fuente de la mía.