- Información sobre el sínodo desde la web Regnum Christi
Esta conferencia se impartió en el marco de las Jornadas Nacionales de Delegados de Apostolado Seglar y Responsables de Movimientos y Asociaciones de la Conferencia Episcopal Española.
En su ponencia (en el vídeo desde el minuto 39), abordó los elementos básicos de la sinodalidad: saber que se trata de un evento del Espíritu que implica a todo el Pueblo de Dios y no solo a unos cuantos, lo que hace fundamental la participación de todos, incluidos los alejados, puesto que busca una renovación de la Iglesia y de todos los cristianos.
Su exposición la ordenó en tres puntos: la aclaración de conceptos en torno al sínodo y la sinodalidad; el proceso en sí de este sínodo que se extiende desde 2021 hasta 2023; y la importancia de la sinodalidad y la reforma de Iglesia.
Comunión, participación y misión
Don Luis Marín destacó la importancia del ver este sínodo como “comunión, participación y misión”. Se trata de caminar “hacia una iglesia de comunión, de escucha y de participación” de todo el Pueblo de Dios. Y en esa participación no se puede excluir tampoco la corresponsabilidad que tiene el laico en la Iglesia. En este sentido ahondó en la vocación laical en el seno de la Iglesia afirmando que “existe la vocación laical”, el laico no es el que no tiene una vocación, se trata “llamada a ser fermento en el mundo”.
También quiso dejar claro que no es lo mismo ‘sinodalidad’ que ‘sínodo de los obispos’. De hecho aclaró en la segunda parte de su conferencia, que ya existen formas de sinodalidad en la Iglesia. Ejemplo de ello son los capítulos generales de las congregaciones religiosas, los consejos pastorales de parroquias, diferentes consejos diocesanos… Dentro de la responsabilidad del obispo se encuentra el escuchar al Pueblo de Dios, y tras esa escucha tomar las decisiones más oportunas.
Modelos eclesiológicos erróneos
No obstante, hay que estar prevenidos frentes a modelos eclesiológicos erróneos que nos pueden llevar a enfrentarnos más que a caminar en comunión, puesto que existe “el peligro de convertir la Iglesia en una ideología”.
También profundizó en diferentes aspectos necesarios en este proceso sinodal. Entre ellos insistió en la importancia de la actitud orante: “No se puede discernir sin oración y sin escucha del Espíritu Santo” para que también nos lleve a una conversón personal.
No se trata de un ejercicio del poder, sino del servicio y en este sentido también alertó sobre el peligro del clericalismo, en el que no faltan también “laicos clericalizados”, y en la importancia de escuchar también a los márgenes de la Iglesia.
Volver a la Iglesia primitiva
Respecto a la tercera parte, sobre el sínodo y la reforma de la Iglesia, el subsecretario del sínodo apuntó que no se busca formar otra Iglesia, sino vivirla de forma distinta: “La reforma es volver a la forma primitiva y a hacerlo mejor”, en donde se deben evitar algunas tentaciones como crear unas iglesias que respondan a modelos gnósticos, pelagianos, funcionalistas, clericalistas o democráticos.
Concluyó Luis Marín su conferencia con algunas propuestas muy concretas para la sinodalidad:
- Importancia esencial de la dimensión orante
- Eucaristía como “forma” de la Iglesia sinodal
- Asumir el servicio como clave de actuar
- Retomar el Evangelio como kerigma
- Asumir la eclesiología del “poliedro”: unidad en la diversidad, unidad pluriforme
- Recordar que la sinodalidad se manifiesta en: vivir la realidad comunitaria, discernir, participar activamente en la misión evangelizadora
- Desarrollar un estilo procesual y dialógico para implicar a todo el Pueblo de Dios
- Favorecer la Iglesia profética: misericordia y solidaridad, promoción de la fraternidad, ecología integral
- Apertura ecuménica
- Respeto a lo diferente y transversalidad (intercambio abierto, respetuoso y enriquecedor)
- Desarrollar la capacidad de perseverancia y espera