- Cardenal Bertello: “La consagración de Jesús es, ante todo, una separación del mundo, que lo convierte en propiedad exclusiva del Padre”.
- P. Savio Zanetta, L.C., rector de la comunidad de teología en Roma: esta celebración “es como un respiro de aire fresco en medio de lo que hemos vivido con la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis humanitaria que todo esto ha dejado”.
- P. Christopher Brackett, L.C., rector del Colegio Internacional Legionarios de Cristo en Roma: “Nos faltan palabras para expresar lo que vivimos en cada ordenación, el misterio, el don, la generosidad de quienes se ordenan, y la de sus papás al poner en manos de Dios a sus hijos”.
- P. John Connor, LC, director general de los Legionarios de Cristo: “Me llena de esperanza ver a estos hermanos nuestros llegar a este momento. Le doy gracias a Dios y felicito a cada uno de ellos, a sus familiares, a sus formadores”.
- Fotogalería de las ordenaciones sacerdotales
Los nuevos sacerdotes proceden de Argentina, Alemania, Brasil, Chile, Colombia, Corea del Sur, Italia, Francia, Estados Unidos y México. Entre ellos, el P. Rafael Vignaroli, L.C., capellán en el Highlands School El Encinar, en Madrid.
Alegría y gratitud
El Cardenal Bertello explicó en su homilía que “nuestra alegría es, ante todo, expresión de alegría y gratitud de la Iglesia al Señor por haber llamado a estos jóvenes a consagrar su vida a Él y que hoy los cuenta entre sus ministros”. Mencionó la oración sacerdotal del evangelio de Juan y con ella recordaba a los futuros sacerdotes que “la consagración de Jesús es, ante todo, una separación del mundo, que lo convierte en propiedad exclusiva del Padre, y una oblación porque se entrega a Él ofreciéndose como víctima en la Cruz”.
También aludió a la homilía del Papa Francisco durante la pasada Misa Crismal del Jueves Santo: “Nos recordó que no debemos dejarnos hechizar por la tentación del triunfalismo, del éxito, ni enjaularnos en la mentalidad de un simple funcionario, que, en lugar de mantener la mirada fija en la Cruz de Jesús, se alegra de sus propias capacidades”.
El P. Savio Zanetta, L.C., rector de la comunidad de teología de la sede de la Dirección General, señaló que esta celebración “es como un respiro de aire fresco en medio de lo que hemos vivido con la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis humanitaria que todo esto ha dejado. Las ordenaciones vienen siendo un modo visible de cómo Dios quiere llevar su palabra, consuelo y misericordia a muchas personas a través de los neo-sacerdotes”.
Generosidad de los sacerdotes y las familias
El rector del Colegio Internacional Legionarios de Cristo en Roma, el P. Christopher Brackett, L.C., al hacer referencia a los recién ordenados, señaló que “nos faltan palabras para expresar lo que vivimos en cada ordenación sacerdotal, el misterio, el don, la generosidad de quienes se ordenan, pero también de sus papás al poner en manos de Dios la vocación de sus hijos. Hoy sin duda el corazón se vuelca de gozo y alegría de verlos llegando al altar postrándose ante Dios para recibir la ordenación. Un misterio de la gracia”.
El padre John Connor, LC, director general de los Legionarios de Cristo compartió que “Para mí, como director general, me llena de esperanza ver a estos hermanos nuestros llegar a este momento. Le doy gracias a Dios y felicito a cada uno de ellos, a sus familiares, a sus formadores y pido para que el don que hoy reciben en la ordenación se haga fecundo a lo largo de todo su ministerio sacerdotal”.
Obispos y sacerdotes asistentes
Concelebraron junto al cardenal Giuseppe Bertello, nueve obispos y entre ellos monseñor Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario de la Congregación para el Clero, y 150 sacerdotes. También asistió sin concelebrar monseñor Samir Nassar, Archieparca Maronita de Damasco.
El camino formativo como legionarios de Cristo recorre unos 12 años, en los cuales se hace camino de discernimiento para descubrir si es lo que Dios quiere de la propia vida. Se forman en Humanidades, Filosofía, Teología y hacen un periodo de prácticas apostólicas en diversos lugares. A fin de formar un sacerdote que hace de Cristo el centro de su vida para irradiarlo a las almas. Las claves de este camino formativo se encuentran recogidas en la Ratio Institutionis “Christus vita vestra”.