Los novicios experimentan el trabajo agrícola en Calasparra, Murcia, como parte de su formación
LomásRC
El “mes de trabajo” dentro del noviciado de los legionarios de Cristo busca “enseñar a los futuros sacerdotes a vivir en el mundo y a experimentar el trabajo físicamente exigente que muchas personas enfrentan a diario”, nos explica el P. André. “Esto les prepara para comprender y empatizar con las realidades de las personas con las que se encontrarán en su ministerio”. El formador de novicios también encuentra una dimensión formativa en el campo espiritual pues “que refleja los mensajes tangibles de los evangelios, como cuando Cristo habla de la poda para dar más fruto y otras analogías agrícolas”.
Trabajo social y agrícola
El noviciado es un tiempo especial para encontrarse y tener una experiencia de Cristo y donde la vida de oración es fundamental. En esta etapa, este tiempo de trabajo contribuye a su proceso formativo y de discernimiento. A lo largo de los dos años de noviciado, los novicios dedican el “mes de trabajo” de un curso a un servicio social –el año pasado estuvieron en Lourdes-, y otro al trabajo agrícola.
7 horas de trabajo agrícola diario
Durante estas dos semanas en Murcia, los novicios estuvieron trabajando siete horas diarias, desde las 7 de la mañana hasta las 2 del mediodía, recolectando melocotones, nectarinas y paraguayas, junto a otros trabajadores de la finca, entre los que había algunos marroquíes, y como nos explica el P. Blanchette, L.C., “una experiencia que permitió enriquecedores diálogos interreligiosos”.
También fue una oportunidad para que los novicios se involucraron con la comunidad local, colaborando con la parroquia en algunas de sus misas, como en la que acolitaron en la dedicada a Nuestra Señora de la Esperanza, patrona de la localidad.
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