Barcelona | Victor Sanjuán: “Cristo en la calle es sustento, relaciones, escucha y esperanza”
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- Lo que nos distingue no es solo la asistencia material que proporcionamos, como comida, café y caldo, sino el enfoque en la dignidad individual de cada persona que encontramos.
- Aunque la comida y el refugio son demandas cruciales, hemos descubierto que hay una sed profunda de humanidad y espiritualidad entre aquellos que viven en las calles. Quieren ser reconocidos, escuchados y, sobre todo, desean redescubrir su sentido de propósito y conexión espiritual.
- La presencia de sacerdotes legionarios y consagradas es fundamental, ya que proporcionan apoyo espiritual, bendiciones y un oído atento.
- Más información sobre Cristo en la calle
En esta entrevista, Victor, miembro del Regnum Christi de Barcelona, ingeniero y empresario, nos cuenta cómo trabajan en este apostolado que va más allá de lo asistencial: “Es un camino paso a paso, basado en la confianza y el respeto mutuo, con el objetivo de animar intensamente a las personas para que tomen las riendas de sus propias vidas con dignidad”. Un camino que, dependiendo de cada persona, “puede incluir asistencia psicológica, ayuda para encontrar un hogar o apoyo en la búsqueda de empleo, entre otros”.
¿En qué consiste Cristo en la calle? ¿Qué tiene de particular que no tengan otras asociaciones cristianas o no que ayuden a indigentes?
“Cristo en la calle” es un movimiento que trasciende la ayuda básica a los indigentes; es un apostolado que se enfoca en el ser humano detrás de la necesidad. Lo que nos distingue no es solo la asistencia material que proporcionamos, como comida, café y caldo, sino el enfoque en la dignidad individual de cada persona que encontramos.
Nos comprometemos a seguir una ruta consistente, no solo para proporcionar sustento, sino para construir relaciones, reconocer a cada individuo, escuchar sus historias y, lo más importante, ofrecer esperanza y compañía. Mientras que otras organizaciones hacen un trabajo admirable, en “Cristo en la calle” creemos en cambiar vidas a través del poder del encuentro humano y el amor cristiano en acción.
¿Qué sentimientos despierta asistir a Cristo en la calle? ¿Son sentimientos, o verdaderamente ayudan a transformar el corazón y la vida de los voluntarios y también de los beneficiarios?
Participar en Cristo en la calle es una experiencia profundamente conmovedora. Por supuesto, hay una mezcla de sentimientos: tristeza por las circunstancias que nuestros amigos en la calle enfrentan, alegría por poder ayudar, y a menudo, una sensación de gratitud por lo que tenemos. Muchas veces cuando me voy a dormir los días que salimos a ayudar, cuando me meto en la cama, mi corazón se entristece a la vez que agradece profundamente tener una cama en la que dormir calentito.
Para muchos, venir a ayudar como voluntario a Cristo en la calle, es un primer encuentro palpable con Cristo. No se trata solo de la gama de emociones que uno podría experimentar, sino de una auténtica transformación interna. A través del servicio, los voluntarios encuentran a Cristo en cada rostro, en cada historia compartida, en cada mano que se extiende para recibir ayuda. Es un despertar espiritual que mueve corazones y despierta la fe.
La presencia de sacerdotes legionarios y consagradas es fundamental, ya que proporcionan apoyo espiritual, bendiciones y un oído atento. La transformación es profunda y bidireccional: mientras los voluntarios ven a Cristo en los demás, los beneficiarios a menudo encuentran a Cristo en la bondad, la compasión y la fraternidad que experimentan por parte de los voluntarios.
Además de comida también identificáis a personas a las que podéis ayudar y dar una continuidad. ¿Cómo funciona este recorrido?
Nuestro compromiso no termina con la entrega de alimentos; eso es solo el comienzo. A medida que construimos relaciones con las personas en nuestra ruta, identificamos aquellos que están listos y dispuestos a recibir más ayuda. Colaboramos estrechamente con otros apostolados y asociaciones, como Frater y Pequeños en Ruta, para proporcionar un camino hacia una vida mejor.
Esto puede incluir asistencia psicológica, ayuda para encontrar un hogar, apoyo en la búsqueda de empleo, entre otros. Es un camino paso a paso, basado en la confianza y el respeto mutuo, con el objetivo de animar intensamente a las personas para que tomen las riendas de sus propias vidas con dignidad.
Con todo, ¿qué es lo que más demanda la gente que vive en la calle?
Aunque la comida y el refugio son demandas cruciales, hemos descubierto que hay una sed profunda de humanidad y espiritualidad entre aquellos que viven en las calles. Quieren ser reconocidos, escuchados y, sobre todo, desean redescubrir su sentido de propósito y conexión espiritual. La presencia de nuestros sacerdotes legionarios y consagradas es testimonio de esta necesidad; son constantemente buscados para consejos, oraciones y bendiciones.
Nuestro enfoque es responder a estas necesidades ofreciendo no solo alimento para el cuerpo, sino también alimento para el alma. A través de la oración conjunta, el diálogo espiritual y la constante demostración de amor y respeto, nos esforzamos por restaurar no solo la fe de estas personas en la humanidad, sino también su fe en Dios y en ellos mismos.
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