Consagración al Sagrado Corazón | Almudena, de Sevilla: “Y ahí está Él, acompañando y trabajando silenciosamente”
LomásRC
El apostolado del Sagrado Corazón para vivir en familia ha promovido en Pascua de este año 2023 las consagraciones y entronizaciones del Sagrado Corazón en las familias de Sevilla, y está previsto que, el 15 de junio, la víspera de la Solemnidad, se consagre otro grupo. Como nos recuerda Almudena citando a San Claudio de la Colombière: “Nunca será demasiado lo que espere de este amable Corazón y nunca tendré menos de lo que hubiere esperado”.
Testimonio de Almudena Arias
En cuanto llegué a casa después de la misa, entronizamos el Sagrado Corazón. Ahora me sorprendo que, teniendo mucha cercanía a la devoción del Corazón de Jesús desde hace años, no lo hubiera hecho antes.
Vivo con mis padres, que ya son muy mayores, y ahora procuro cada día rezar algo con ellos ante la imagen y leer alguna cosa que nos ayude a conocer un poquito más sobre las maravillas del Sagrado Corazón. Es un ratito muy corto, pues mis padres no pueden más, pero nos presentamos ante Él lo que podemos.
El Sagrado Corazón ha tomado su sitio en el “cuarto de estar”, junto a la ventana que da a la terraza y rodeado de una significativa serie fotos de familia. Yo no estaba muy segura de su ubicación, pero diría que le ha parecido bien, pues acompaña a mis padres muchas horas del día y a mí, cada vez que paso por allí, me “avisa” e improviso una jaculatoria. Después de tantas estampas, medallas, libros y devocionarios, no pensé yo que una pequeña imagen entronizada podía tener tanta capacidad para hacer al Sagrado Corazón tan presente.
Y ahí está Él, acompañando y trabajando silenciosamente. El otro día, por ejemplo, leíamos las promesas del Sagrado Corazón a sus devotos y ¡cómo anima el recordarlas! Aunque “no nos mueva el cielo que nos tiene prometido”, este Sagrado Corazón providente sabe cómo entusiasmarnos de nuevo y hacernos caer en la cuenta de que no nos abandona ni un instante. Ni en nuestros proyectos más sencillos, ni nos abandonará en ese momento decisivo de nuestra historia en que dejemos este mundo para ir al Padre.
En mi caso, cuando se convive con personas mayores, aunque sólo Dios sabe el cómo y el cuándo, ésta última es una promesa que se anhela especialmente para ellos. Y así, entiendo que Él quiere renovar nuestra alegría y todas nuestras esperanzas, para que, como San Claudio de la Colombière, digamos que “nunca será demasiado lo que espere de este amable Corazón y nunca tendré menos de lo que hubiere esperado”.
Y al impulso del Sagrado Corazón que ha venido a casa para quedarse, yo espero, esperaré… entre otras muchas cosas, que se vaya fortaleciendo, con alegría, la débil voluntad y confianza para todo lo que sea estar a su servicio.
- ÚLTIMAS NOTICIAS
- ÚLTIMAS NOTICIAS
- SÍGUENOS EN INSTAGRAM
- NOTICIAS RELACIONADAS
- NOTICIAS RELACIONADAS