Cristo de la Calle | Enzzo: “Cristo me dice: estoy en cada persona, ¿me ves?”
LomásRC
Enzzo Vargiu ha salido a atenderlos el 25 de noviembre de 2022 por las calles de Madrid y nos ha contado lo que le impacta de este apostolado. Él va más allá de las apariencias. En cada persona descubre a Cristo y si este sufre y es un necesitado aún más. Nos cuenta que tras una hablar con una anciana, se dio cuenta de cuanto apego tiene a las cosas y a las personas: “Sin duda, esta mujer me ha dado una gran lección, Cristo de la calle es ver el Evangelio hecho carne”.
Enzzo Vargiu.- Mi experiencia en Cristo de la calle ha sido de las más especiales que he vivido, sobre todo porque puedo, de una manera muy concreta, vivir la misión. Cristo de la calle es especial porque me hace ser consciente de que Cristo está en todos lados, más allá de una iglesia, un templo, una capilla, que por muy preciosas y sagradas que sean, son estructuras que nos ayudan, son medios. En cambio, en Cristo de la calle he podido ver y sentir esa iglesia que llevamos todos adentro, ese sagrario andante que somos, donde habita Cristo en cada uno de nosotros. Me ha enseñado a ver a Cristo en los demás.
Ver a Cristo
Muchas veces pensamos que llevamos a Cristo (que no deja de ser verdad), pero es Él quien sale a nuestro encuentro en cada una de las personas que nos topamos, en cada misionero o voluntario. Y sale a nuestro encuentro de una manera tan particular tan individual que es como si me dijera: “No sólo estoy en tu silencio, en tu oración, en una misa, estoy también en cada persona, ¿me ves?”. Por esto Cristo de la calle es tan especial e importante para mí. Es eso que me ayuda a querer ver más allá del cúmulo de cosas que podemos ser, independientemente de nuestra realidad. Ver más allá de la persona para verle a Él.
He tenido muchas experiencias en misiones, pero sin duda una de las que me ha marcado ha sido una viejecita que lo único que tenía era una papaya y quería darnos lo único que tenía porque le habíamos visitado y le habíamos dado un rosario. Esta señora era capaz de dar todo lo que tenía, ¡que era una papaya! Yo flipaba. Me ha hecho pensar en cuanto apego tengo a las cosas y a las personas. Y sin duda me ha dado una gran lección, Cristo de la calle es ver el Evangelio hecho carne.
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