Effetá Barcelona | Marcos: “Tuve la sensación como si se me cortara la respiración al encontrarme con Dios de frente. Pensé: ¡Guau, está aquí, conmigo!”
LomásRC
- Ejercicios espirituales, retiros Emaús y retiros Effetá organizados por el Regnum Christi en España
- “Gracias a Effetá conecté e iba conectando más con Dios”.
- “El momento en el que percibí a Dios de la manera más intensa fue cuando me volví a encontrar a Dios eucaristía en la capilla”.
Marcos no conocía a Dios. Nunca le habían hablado de Él. Sin embargo, Dios se hizo el encontradizo gracias a una amiga suya. Su primer encuentro con Cristo fue en una Adoración organizada por el Regnum Christi de Barcelona: “En ellas era capaz de encontrar esa paz única que solo era posible allí, cada jueves. Jamás me hubiera imaginado ir a un sitio así y encontrar respuestas a preguntas que rondaban en mi cabeza”. En estos momentos, y después de hacer el retiro de Effetá, ha comenzado a prepararse para el Bautismo, la Primera Comunión y la Confirmación.
Marcos-. Una amiga mía, Anna, me invitó a la que fue mi primera adoración eucarística, en abril. Fui curioso y con ganas de desconectar. No entendía muy bien el significado de lo que iba hacer allí, lo único que hacía era relajarme y pensar en mis cosas. No tenía en mente tener a Dios presente porque lo desconocía completamente, ya que en mi familia nunca me han enseñado qué es ser católico, quién es Dios, cómo puedo dar las gracias y rezar…
Y tras esa primera adoración, me enganche. En las adoraciones era capaz de encontrar esa paz única, que solo era posible allí, cada jueves. Jamás me hubiera imaginado ir a un sitio así y encontrar respuestas a preguntas que rondaban en mi cabeza.
En mi primera adoración eucarística, no tenía en mente tener a Dios presente porque lo desconocía completamente, no me habían enseñado quién es Dios, cómo puedo dar las gracias y rezar
Esa misma amiga un día me propuso hacer un retiro espiritual llamado Effetá. No tenía ni idea de qué iba a tratar, pero como me apunto a todo pensé: “¿Por qué no?”.
Me apunté sin pensarlo mucho. Al llegar a Effetá me encontré con mucha gente con distintas inquietudes. Soy una persona a quien le encanta socializar y conocer gente nueva. Empecé a hablar con cada uno, y cada vez me daba más cuenta de que las personas que estaban allí tenían algo dentro especial, no sabría definirlo con palabras. A medida que íbamos realizando las actividades fui conectando un poco más con todas las personas que iban hablando de sus vidas identificándome con cada una de ellas (algunas más que otras) en cómo habían actuado, cómo veían la vida y, sobre todo, cómo sentían la fuerza de Dios de la misma manera que la sentía yo sin saber explicarlo.
En la capilla me di cuenta de que había alguien que me quería, que no estaba solo.
Durante ese fin de semana pude abrir mi corazón con personas que había conocido ese mismo día y que iban a saber cosas que, probablemente, nadie de mi entorno ni de mi vida cercana saben ni sabrán nunca.
Gracias a ello conecté e iba conectando más con Dios. Aun así, el momento en el que percibí a Dios de la manera más intensa fue cuando me volví a encontrar a Dios eucaristía en la capilla. Ahí fue cuando, de repente, me di cuenta de que había alguien que me quería, que no estaba solo. Tuve la sensación como si se me cortara la respiración al encontrarme con Dios de frente. Pensé ¡Guau, está aquí, conmigo!
Effetá!
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