• Lista de ejercicios espirituales en tu localidad. ¡Apúntate!

Los ejercicios fueron dirigidos por el P. Manuel Aromir, L.C., con la ayuda de los padres legionarios Pedro Castañera y José Félix Medina, y con la metodología ignaciana ahondaron desde el Principio y Fundamento hasta la contemplación para alcanzar amor. María Luisa, casada, madre de dos hijos y abogada en ejercicio, nos comparte en esta entrevista lo importantes son los ejercicios espirituales, pues “vivimos inmersos en el ruido, recibimos demasiados estímulos, y todo ello nos distrae de lo verdaderamente esencial, que es nuestra intimidad con Dios en la oración”.

¿Qué supone para ti hacer ejercicios espirituales?

Personalmente, entiendo los ejercicios como un extraordinario instrumento para hacer una puesta a punto a nivel espiritual. Me permiten hacer un alto en el ritmo frenético de vida que llevo (esposa, madre, profesión y dedicación apostólica) y comprobar cómo está mi relación con Dios, y a la luz del Espíritu Santo, discernir aquellas cosas que debo trabajar o afianzar. Es un tiempo que dedico en exclusiva al Señor y que disfruto al máximo. Unos días en los que llego a conocerme un poco mejor.

¿Qué relación tienen los ejercicios espirituales con la vida diaria?

En mi experiencia, los ejercicios son no solo muy recomendables sino necesarios, y diría imprescindibles, si se quiere avanzar en la vida espiritual. Así como ejercitamos nuestro cuerpo, es necesario ejercitar nuestro espíritu. Vivimos inmersos en el ruido, recibimos demasiados estímulos, y todo ello nos distrae de lo verdaderamente esencial, que es nuestra intimidad con Dios en la oración. Es preciso, cada cierto tiempo, parar, tomarse el pulso, ver lo que falla o puede mejorar, ponerse objetivos, para seguir luego adelante reposicionada. He hecho ejercicios varios años y, al igual que cuando ejercitas el cuerpo, la práctica hace que los resultados sean muy reconfortantes y sorprendentes.

¿Qué cambia en la vida después de hacer ejercicios?

Desde que empecé a hacer ejercicios, poco después de mi asociación al Regnum Christi en junio de 2020, he notado como me han ido marcando, se puede decir que hay un antes y un después de hacerlos. Me dan mucha paz interior, una alegría desbordante, un corazón henchido del amor de Dios que parece que no me quepa dentro, y unas ganas locas de repetir. Los recomiendo muchísimo: ¡que no os de pereza, que esto vale mucho la pena!