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Ejercicios Espirituales | Lourdes: “Después de esta semana de ejercicios lo reafirmo: el corazón está tan bien hecho que necesita sus tiempos”

Lourdes ejercicios espirituales de una semana Regnum Christi

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Lourdes es una chica de Valencia que estudia 5° de Medicina. Es miembro del Regnum Christi y ha participado junto a otras tres chicas, una consagrada y cuatro chicos en unos ejercicios espirituales durante toda la Semana Santa predicados por el P. Jaime Rodríguez, L.C. Nos cuenta que ha recibido muchas luces y “una de ellas ha sido ganar en claridad para elegir y desear lo que más me conduce al fin para el que soy creada que es para darme, porque soy, ¡y cada uno somos don!”.

Lourdes Gómez es de la sección de jóvenes de Valencia. Como uno de los frutos de estos ejercicios de una semana pone en valor la importancia del silencio: “Este me ha ayudado mucho, pero, sobre todo, me ha enseñado mucho. Es tan necesario para todo… ¡pero sobre todo fundamental para la oración!”. Lourdes también nos habla de desconectar de redes y nos explica que “en el mundo tan híper digitalizado en el que vivimos, donde todo va tan rápido, a veces los jóvenes tenemos miedo de perdernos cosas por no estar ‘siempre conectados’, pero es que si no ordenas tus prioridades y tu tiempo, ¡la vida te pierde a ti!”. En definitiva “días dónde he podido estar a solas con Jesús y poner mi vida a sus pies; cada preocupación, miedos, anhelos, sueños, alegrías, todo y ¡dejarme hacer!”.

 

Lourdes con su grupo de chicas del ECYD en Valencia
Lourdes, con su grupo de chicas del ECYD en Valencia.
¿Has ido más veces a Ejercicios? ¿Qué te han aportado estos durante una semana a diferencia de los retiros de un fin de semana?

Gracias a mi colegio (Cumbres School Valencia) y al Regnum Christi siempre he tenido la oportunidad de hacer ejercicios espirituales de un fin de semana cada año.

 

En comparación con los de un fin de semana, me he dado cuenta de que ese tiempo es necesario para entrar en sintonía y llegar así al verdadero encuentro con Jesús, adentrarse en sus misterios y dejar que eso transforme nuestras vidas. Como nos dijo San Juan Pablo II: “Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la Verdad, y, en definitiva, de conocerlo a Él, para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo”. Y esto requiere de tiempo para ordenar en torno a ese encuentro la vida, los deseos, las elecciones y el fin para el que cada uno hemos sido creados.

Han sido “una escuelita”: ahora toca compartir y poner en práctica todo lo que hemos aprendido, cómo los apóstoles, que no se quedaron los 12 juntitos para siempre.

¿Son muchos días de ejercicios? ¿Tenías ganas de volver a tu vida diaria, o preferías quedarte en ese Tabor?

Nunca había hecho experiencia de tantos días, pero después de esta semana lo reafirmo: el corazón está tan bien hecho que necesita sus tiempos; para ponerse a disposición, desconectar de tantos “ruidos” que acechan nuestro día a día, para poco a poco conectar y entrar en oración. Me he dado cuenta de que solo tenemos que disponernos, ¡el resto lo hace Él!

 

Llegué con muchas ganas porque sentía que necesitaba estos días de intimidad con Jesús y han sido días de muchas gracias: “¡Qué bien se está contigo!”. Pensé que ésta sería la sensación que tendrían Pedro, Santiago y Juan cuando Jesús los llevó con él al monte. Pero cómo bien nos dijo el P. Jaime, estos días han sido “la vida real” y no cuando cada uno vuelve a su ciudad y a su casa, porque estos días son dónde el alma ha tenido más claridad, menos ruidos y distracciones. Días en los que realmente hemos podido vivir a la luz de la Verdad y alumbrar nuestras vidas con esa luz ¡Y totalmente, así ha sido!

 

Cómo también nos dijo el Padre, estos días han sido “una escuelita”. Ahora nos toca compartir y poner en práctica todo lo que hemos aprendido, cómo los apóstoles, que no se quedaron los 12 juntitos para siempre, sino que Jesús los envío al mundo con el Espíritu Santo. ¡Ahora nos toca a nosotros!

 

Compartiendo experiencias tras los ejercicios espirituales
Compartiendo experiencias tras los ejercicios espirituales.

 

¿Cómo llevas el silencio, el vivir sin redes sociales?

La verdad es que, a pesar de que al principio “me asustaban” un poco tantos días de silencio, ¡ahora sólo lo busco en mi día a día! El silencio me ha ayudado mucho, pero, sobre todo, me ha enseñado mucho. Es tan necesario para todo… ¡pero sobre todo fundamental para la oración! A veces nos quejamos de que Jesús no nos habla, pero es que Jesús habla SIEMPRE. Solo que es imposible, si no buscamos ese silencio, poder escucharlo. Estos días han girado en torno a la oración, por lo que ahora cada día me pregunto, ¿cómo voy a dejar sólo “las migajas” que me sobran del día para la oración? La oración es un encuentro, ¡no se puede improvisar!

 

Otra cosa que nos recomendaron fue el desconectar del teléfono y redes sociales. Yo pensé: ¡O todo o nada! Así que la noche que llegamos mandé un correo para cambiar una práctica de la universidad de la próxima semana y lo apagué por completo los 9 días. ¡Y qué maravilla! En el mundo tan híper digitalizado en el que vivimos, donde todo va tan rápido, a veces los jóvenes tenemos miedo de perdernos cosas por no estar “siempre conectados”, pero es que si no ordenas tus prioridades y tu tiempo, ¡la vida te pierde a ti!

Nos recomendaron desconectar del teléfono y redes sociales. Yo pensé: ¡O todo o nada! ¡Y qué maravilla!

Los ejercicios espirituales son una oportunidad para meditar, para conversar con Dios, para consultarle y dejarle que ponga luz, amor, perdón e inspiración en tu vida. ¿Cómo vives tú esa experiencia?

¡Estos días han sigo un auténtico regalo! Días dónde he podido estar a solas con Jesús y poner mi vida a sus pies; cada preocupación, miedos, anhelos, sueños, alegrías, todo y ¡dejarme hacer! Dejar que sea Él quien dé luz, claridad en la Verdad y mucha paz a cada una, y pedirle, cómo la Virgen, ¡que mi vida sea un “Hágase en mi” para cada uno de sus planes!

 

Además, el haber vivido con este recogimiento la Semana Santa ha sido una auténtica bendición y una gracia más. Darme cuenta de que todo, su Muerte, Pasión y Resurrección es por mí, por cada uno, ¡para abrirnos las puertas del Cielo! Porque mi vida no tiene sentido si no es a la luz de su Cruz, porque ¡valgo, nada más y nada menos, que la sangre de Cristo!

 

Los ejercicitantes también estuvieron acompañados por los novicios durante estos días.
Los ejercicitantes también estuvieron acompañados por los novicios durante estos días.

 

Puedes compartirnos alguna luz que hayas vistos en estos ejercicios? ¿Va a cambiar tu vida en algo?

Han sido muchas las luces que he recibido, pero una de ellas ha sido ganar en claridad, no para cambiar mi vida en cuanto al hacer o dejar de hacer cosas, si no para elegir y desear lo que más me conduce al fin para el que soy creada que es para darme, porque soy, y cada uno, ¡somos don! Por eso anhelo una vida entregada, una vida al servicio. ¿Dónde? ¿Cómo? ¡No lo sé! Pero no me preocupa, porque tengo claro que mi fin es llegar al Cielo y pido cada día esa confianza y abandono filial en mi Padre que, como dice el evangelio, sabe lo que necesitamos antes de que se lo pidamos y ¡tiene contados hasta los cabellos de mi cabeza! Así que, ¿de qué tengo que preocuparme? Tan sólo de vivir en la verdad cada día dejando que sea Él quién me vaya guiando.

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