Mercedes, de Regnum Christi de Bilbao, acaba de hacer ejercicios espirituales en San Millán de la Cogolla, en La Rioja. Fueron predicados por el P. Miguel Segura, L.C., y el P. Jacobo Portillo, L.C. Mercedes nos cuenta que “desde hace unos años procuro hacer ejercicios espirituales una vez al año: es una forma de dedicar tiempo a Dios en silencio, paz y sin interrupciones, prestando toda la atención en el Señor”. Para ella, en definitiva, “son una forma de cuidar la relación con Dios”.

¿Qué te han aportado estos ejercicios?

Es difícil explicarlo y concretarlo, pero si de alguna manera se puede expresar con palabras diría que es la certeza de la presencia y actuación del Espíritu Santo en toda persona que se deje hacer por Él y con ello del amor de Dios por cada uno de nosotros.

Los ejercicios espirituales son una oportunidad para meditar, para conversar con Dios, para consultarle y dejarle que ponga luz, amor, perdón e inspiración en tu vida ¿Cómo has vivido tú esta experiencia?

Cada año lo he vivido de forma distinta, pienso que influye mucho la disposición con la que uno llega a los ejercicios, al menos a mí me afecta. Muchas veces llegas estresada, agobiada, con obligaciones, tareas, cosas que dejas en casa, en el trabajo… pero efectivamente, en cuanto llegas tienes la oportunidad de poner esas preocupaciones y tareas a los pies del Señor, dejarlos descansar en Él y dedicar esos días solo a mirar a Dios y dejarte hacer por Él. Con ese “ejercicio” de mirar a Dios y dejarte hacer por Él, volver a casa y seguir practicándolo.

Ya eres la luz, no tienes que ser, no estas obligado a ser, ya eres la luz del mundo, que todo ese amor, traspase y llegue a los demás.

¿Puedes compartirnos alguna luz que hayas visto en estos ejercicios?

¡El Señor es tan bueno! No pierde oportunidad de hacernos ver cuánto nos quiere y a veces no lo vemos porque estamos centrados mirándonos a nosotros mismos y contando solo con nuestras fuerzas. En estos días de ejercicios es cuando muchas veces, levantas la cabeza y miras arriba.

El Señor sopló sobre los discípulos y les dijo “Recibid el Espíritu Santo”. Y siendo el Espíritu Santo el amor entre Dios Padre y Dios Hijo, ¡el Señor quiere que todo ese amor esté dentro de ti! nos hace individualmente, a cada uno, depositarios de ese amor. Esto me hace pensar cuánto nos quiere Dios para depositar en cada uno de nosotros todo su amor por su hijo. Y con todo ese amor te dice “eres la luz del mundo”. Ya eres la luz, no tienes que ser, no estas obligado a ser, ya eres la luz del mundo, que todo ese amor, traspase y llegue a los demás. Me ha animado mucho a evangelizar, que no es más que dar a conocer ese Amor a los demás.

¿Va a cambiar tu vida en algo?

Tener unos días de vivencia más cercana con Dios transforma de alguna manera el interior de uno mismo y eso se refleja en tu vida. Todo lo dejo en Sus manos, así que espero y pido grandes cambios en mí que reviertan en bien para mi familia, amigos, comunidad, trabajo.

¿Se lo recomendarías a alguien que no haya ido nunca a ejercicios?

La situación de cada persona es distinta y cada uno necesita una forma u otra de acercamiento al Señor en cada momento de su vida. Ahora hay muchas iniciativas en la Iglesia que permiten una experiencia del Amor de Dios. Todas ellas son compatibles y los ejercicios espirituales son una forma de cuidar tu relación con Dios en un ambiente recogido, de silencio, de paz, de escucha a Dios, tan necesario en esta época que vivimos en la que es difícil detenerte y escuchar. Así que a todo el que el Señor le ponga en su corazón esa necesidad se lo recomiendo totalmente, nada que perder, mucho que ganar.