El H. Daniel Tezanos, L.C., es chileno, tiene 28 años y está destinado en Barcelona trabajando con chicos de bachillerato de los dos colegios y con los jóvenes universitarios y profesionales del Regnum Christi. Una localidad en la que, siendo laico del Regnum Christi, estuvo como colaborador hace unos años. La celebración del Sagrado Corazón, que tuvo lugar en el Real Monasterio de Santa Isabel, contó con dos invitados de excepción, el párroco de Sant Vicenç de Sarria, Mn. Obach, y del P. Enrique Tapia, L.C., rector del Pontificio Colegio Internacional María Mater Ecclesiae.

• Jesús me invitó a desprenderme incluso de mi llamada y discernir y preguntarle qué quería de mí, para luego poder decir: hágase en mí según tu palabra.

¿Qué supone en la vida de un religioso legionario de Cristo hacer una renovación de votos? ¿Confirma su entrega o Cristo confirma su llamada?

Para un religioso legionario de Cristo, renovar los votos significa un paso más en el seguimiento de Cristo. Es volver a responder, después de algunos años del primer “sí”, con más realismo y conciencia, lo que una vez ya profesaste.

En un minuto vi esta renovación como un “trámite”, pues ya estaba muy seguro de que quería ser legionario para toda la vida. Un día en oración Jesús me iluminó para comprender que no era solo un trámite, sino que las renovaciones son una oportunidad para dejar a Cristo hacer en el corazón. Por mucho que yo estaba seguro de que quería renovarlos, Jesús me invitó a desprenderme incluso de mi llamada y discernir, preguntarle qué quería de mí, para luego poder decir: hágase en mí según tu palabra. Fue en la apertura total cuando Jesús me confirmó su llamada; y con humildad (y alivio, ya que humanamente no me veo en otra cosa) volví a responder que sí.

Esta experiencia me demostró que la Iglesia es sabia y que sus procesos y tiempos son para nuestro bien, nos purifican y alientan en el seguimiento de Cristo.

¿Y hacer la renovación en la solemnidad del Sagrado Corazón?

Desde el bachillerato, cuando empezó mi discernimiento, he tenido devoción a su Sagrado Corazón. Repetía constantemente la jaculatoria: “Haz mi corazón semejante al tuyo”. Cuando teníamos que poner fecha, no dudé en pedir que fuera ese día. Jesús también quiso y todo se fue arreglando para que así sea.

Le pido a Jesús que mi vida, a pesar de mis pecados, sea un consuelo para su corazón y que me dé la gracia de tener sus mismos sentimientos para con las almas que pone en mi caminos.