• Cuando uno se va acercando más al Señor en el Sagrario, hay más Luz, tanto físicamente como teológicamente representada en las paredes.
• Mi familia espiritual, el Regnum Christi, nos enseña a poner nuestros dones al servicio de Dios. Yo quiero poner los míos.
• El proyecto empezó mucho antes de que yo lo supiese: Dios ya lo tenía todo planeado antes que yo.
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La capilla lleva el nombre de Fiat Lux, “Hágase la luz”, y es el fruto del encuentro con Cristo que ha tenido la propia artista. Un retiro, una peregrinación a Tierra Santa, otra a Medjugorje le descubrió su familia espiritual en el Regnum Christi. La capilla, su trabajo final de grado, es la culminación de este viaje personal y espiritual, una síntesis de su aprendizaje y experiencias, reflejando, como María nos cuenta, su transición “de las tinieblas a la luz a través de la mirada de Dios”. Una capilla de estilo paleocristiano, pobre de medios y rica simbología, destinada a difundir el credo católico y con influencias de artistas litúrgicos contemporáneos como Antonio Barluzzi y Henri Matisse.

¿Qué has representado en esta capilla? ¿Cuál es el tema central?

La capilla se llama Fiat Lux que significa “Hágase la luz” (Génesis 1, 3-5). El tema principal es este: la Luz. Cuando uno se va acercando más al Señor (el Sagrario de la Capilla) hay más Luz, tanto físicamente como teológicamente representada en las pinturas murales.

La capilla tiene tres capas de lectura que ayudan a comprender mejor el tema. La primera sería la kénosis, este término tan extraño viene a referirse al abajamiento de Dios. Dios se agacha y se pone a nuestra altura para luego elevarnos. La pared kenótica está representada por la historia de la salvación, pasando por Adán y Eva, Jesús rescatándonos personalmente de las tinieblas y acabando en la participación de la Luz de Dios en Pentecostés.

La segunda capa de lectura sería la théosis. La théosis hace referencia al segundo movimiento de Dios. El primero sería agacharse para rescatarnos de las tinieblas y el segundo es elevarnos para hacernos partícipes de su divinidad. La théosis está representada con número 8 de los Estatutos del Regnum Christi. Jesús que nos atrae al amor de su corazón elevándonos y cambiándonos nuestro corazón por el suyo propio. Y después de ser partícipes de su Luz nos envía a agacharnos y dar la vida por los demás, como cuando Él nos saca de las tinieblas.

Y la tercera capa es el paso de la filautia al agaphe. La filautia es el amor a uno mismo, “amor” que te encierra en ti. Y el agaphe es aquel amor que te hace ser uno con el otro. Este proceso de cambio de la filautia al agaphe comienza desde la pared más lejana al sagrario, en el huerto de los olivos. En el huerto no hay ninguna figura humana pintada porque el amor a uno mismo nos hace estar solos, en cambio, cuando nos acercamos al sagrario podemos ver cómo Dios va formando comunidades y parejas. Esto se acentúa con la Sagrada Familia, representación perfecta de la unión. En el abisme se encuentra San José abrazando a María y María abrazando a Jesús en su vientre.

La capilla fue tu trabajo de fin de grado. ¿Cómo nació la idea de pintar una capilla?

Este proyecto comenzó hace cinco años a las orillas del mar de Galilea. Había salido de un momento profundo de tinieblas en mi vida, pero me reencontré con Dios en un retiro. Al poco tiempo, la decana de mi facultad me invitó personalmente a Tierra Santa. El vuelo salía cinco días después de este encuentro. Me cuesta no ver la mano providente de Dios en todo esto. Me encontré con Jesús a través de un amanecer. Fue una hierofanía estética (encuentro con lo Sagrado a través de la belleza) y surgió el deseo de hacer algo por y para Él. Pero ¿qué podía hacer yo? ¿Cómo podía compartir esta experiencia con el mundo entero?

Tiempo después, encontré la respuesta a través del movimiento Regnum Christi. La luz de Galilea había quedado opacada por otra tiniebla que se extendía sobre mi vida. Ya despuntaba el alba, pero todavía no había recuperado la luz auténtica que mi corazón tanto anhela. Por casualidad, terminé en una peregrinación a Medjugorje con un movimiento de personas que no conocía. Allí brilló la luz, pero esta vez iba acompañada por el gesto maternal de la Virgen María y el sentimiento de haber encontrado mi familia espiritual. Mi familia espiritual nos enseña a poner nuestros dones al servicio de Dios. Yo quiero poner los míos.

Esta convicción se iba esbozando a lo largo de mi carrera. Cada vez me sentía más llamada a compartir mi fe a través de todo lo que iba aprendiendo. Si me pedían una colección en Figurinismo, me inspiraba en Tierra Santa. Si me pedían ilustraciones, lo hacía sobre Jesús ayudando durante la pandemia. Si me encargaban un stopmotion, lo hacía sobre Getsemaní. Este TFG es una síntesis de mi carrera, no sólo a nivel de conocimientos sino a nivel existencial. He pasado de las tinieblas a la luz a través de su mirada. Esta capilla es un reflejo de esta experiencia. Es un canto de amor al Amado.

¿Y qué particularidades tiene este estilo de pintura? ¿Por qué precisamente este estilo de pintura paleocristiana?

Lo particular de este este estilo ha sido la combinación de diferentes influencias:

1. La influencia paleocristiana con su pobreza de medios, una rica carga simbólica y su estética helenística.
2. La finalidad del arte barroco de propagar el credo católico a través de la experiencia estética.
3. La influencia del artistas litúrgicos contemporáneos como Antonio Barluzzi y la transformación del espacio, y Henri Matisse y su colección de objetos y vestiduras litúrgicas. Por cierto que también diseñé una colección de casullas con la misma estética de la capilla.

¿Cuánto tiempo te ha llevado pintarla?

Como anteriormente he contado, el proyecto empezó mucho antes de que yo lo supiese: Dios ya lo tenía todo planeado antes que yo. Pero contando los viajes para el trabajo de campo como París y Roma, y todo el trabajo manual, el proyecto ha durado un año.

Para el que pueda ir a verla, ¿qué le recomendarías que hiciera, que viera, que rezara… de forma especial?

Les recomendaría que se sintieran en casa porque están en presencia del que más les ama y, ¡nada!, que simplemente se dejasen mimar por Él.

 

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