Unas horas antes de este paso fundamental en su vida, Julian nos dice: “Tengo ilusión y vértigo de saber que estoy embarcándome en una aventura que es misteriosa y para siempre, pero al mismo tiempo, es un regalo de Dios que solamente podré entender en el cielo”. Julian nació en Cincinnati, Ohio, y es la sexta de ocho hermanos. Su relación con Jesús y con el Regnum Christi viene de lejos. Estudió primaria en la Royalmont Academy, un colegio Regnum Christi, y allí fue manifestándose su vocación consagrada con espontaneidad. Con nueve años sintió una atracción hacia la vida de las consagradas: “Después de haber conocido a Jesús quería ser su amiga, y al conocer a las consagradas pensé que ser consagrada era la mejor manera de hacerlo (…) las veía felices, que dedicaban su vida a ayudar a las personas”, explica. En esta entrevista, Julian nos cuenta algunas experiencias apostólicas, qué les pide a Dios a la Iglesia y al Regnum Christi en este momento, y si verdaderamente cuesta decirle “sí” a Cristo o no. Te dejamos con esta consagrada a la que le gusta cantar, dibujar y estar con otras personas, de ahí que también puedas conocerla y seguirla en su cuenta de Instagram (@Julian.frommling).
Tengo ilusión y vértigo de saber que estoy embarcándome en una aventura que es misteriosa y para siempre
Julian, ¿cómo conociste a Jesús?
Entré al Colegio Royalmont Academy, un colegio del Regnum Christi, en tercero de primaria y ahí fue la primera vez que conocí a Jesús como una persona real que quiere ser mi amigo. En mi casa había conocido a Dios, pero mi relación personal con Jesús comenzó en el colegio.
¿Cómo te llama Él? ¿Cómo se dirige a ti?
Pues me llama por mi nombre. Y yo le llamo Jesús, que es el nombre que El escogió por sí mismo como verbo encarnado y que significa “Dios salva” y es algo que me ayuda mucho. También le llamo Señor, porque me recuerda que es el Señor de la Vida y de todo.
Tu vocación consagrada, ¿fue de repente? ¿Te habló Jesús al corazón? ¿Te dijo algo? ¿Cómo fue? ¿Te asustaste? ¿Te gustó la idea?
La primera vez que me planteé la posibilidad de una vocación fue cuando conocí a las consagradas, cuando tenía nueve años. Sentía, sobre todo, una atracción hacia su vida, porque les veía felices, que dedicaban su vida a ayudar a las personas. Después de haber conocido a Jesús, quería ser su amiga, y a mis nueve años, al conocer a las consagradas, pensé que ser consagrada era la mejor manera de hacerlo. A los 15 años fue la primera vez que sentí que era Él que me invitaba a seguirle y ser suya, y desde allí ha habido muchos momentos en que Él fue confirmando y repitiendo esta llamada.
quería ser su amiga, y a mis nueve años, al conocer a las consagradas, pensé que ser consagrada era la mejor manera de hacerlo
¿Cómo vivieron tu familia y tu entorno la decisión de emprender un camino para discernir esta vocación? ¿Influyó la educación que recibiste?
Mis padres siempre me apoyaron mucho. También tengo dos hermanos que hicieron un discernimiento vocacional, una para la vida consagrada en el Regnum Christi y otro estuvo en la apostólica durante un año. Siempre había en casa un ambiente en el que era natural la posibilidad de discernir la vocación.
Estando en el colegio, viendo a las consagradas ahí, hablar de la vocación era normal. De hecho, otros alumnos del colegio emprendieron también un camino de discernimiento vocacional. Sinceramente agradezco mucho al Señor y a mis padres que siempre he tenido este apoyo.
¿Qué pides a Cristo y a la Iglesia para esta nueva etapa que inicias? ¿Y a tus hermanas consagradas? ¿Y a los demás miembros del Regnum Christi? ¿Y a tu familia?
A Cristo le pido que cada día pueda ser más suya y vivir su Vida; y a la Iglesia que me ayude para poder vivir esto. Que pueda, por la gracia de Dios, construir y aportar a la santidad de la Iglesia con la mía propia.
A mis hermanas consagradas les pido que seamos quienes Dios nos está llamando a ser.
A los demás miembros del Regnum Christi les pido que vivamos nuestro carisma con pureza de intención, realmente dejando que sea Dios quien actúe a través de nosotros y así pueda hacer presente su Reino.
A mi familia le pido que pidan siempre a Dios que yo pueda ser fiel a mi vocación.
¿Cómo te sientes en estos momentos? ¿Tienes miedo? ¿Agradecimiento?
Tengo ilusión y vértigo de saber que estoy embarcándome en una aventura que es misteriosa y para siempre, pero al mismo tiempo es un regalo de Dios que solamente podré entender en el cielo. Tengo mucha gratitud por haber sido llamada a esta vocación, y una gran alegría de poder vivir el resto de mi vida perteneciendo a Jesús.
Tengo mucha gratitud por haber sido llamada a esta vocación, y una gran alegría de poder vivir el resto de mi vida perteneciendo a Jesús.
¿Cómo es tu oración, qué te dice Jesús estos días?
Han sido días en los que Él me recuerda que lo esencial de mi vocación es Él. Muy sencillo pero llena de mucha paz y una alegría muy profunda.
Estuviste en la Asamblea General Ordinaria, hace unos meses… ¿Descubriste algo de tu vocación allí? ¿Algo de quién eres quedó más claro? ¿Qué sentiste hacia las consagradas del Regnum Christi durante aquellos días?
Fue un momento de descubrir el don de la vocación a la vida consagrada en el Regnum Christi, pero con mucho realismo. Realismo para reconocer que de ninguna manera esta familia es perfecta, pero, a la vez, ver cómo Dios ha trabajado a través de todo: de lo bonito, de lo doloroso, de las heridas, de todo…
La Asamblea me llenó también de esperanza al tener un horizonte de hacia dónde vamos. Y finalmente, un gran aprecio y admiración por mis hermanas consagradas que estuvieron ahí conmigo, porque vi en ellas el ejemplo de mujeres que realmente quieren amar al Señor y llevar adelante esta obra que Él nos ha confiado.
¿Cuáles son las certezas que te permiten dar este sí para siempre?
La certeza que nos dice San Pablo en la carta a los Romanos: nada nos puede separar del amor del Señor. Que Dios va a usar todo para acercarme a Él y la verdad de que esta vida es corta, estamos hechos para el cielo, todo aquí va a pasar, pero vamos a estar con Él por toda la eternidad. Y la certeza de que Dios es Bueno.
¿Cuesta decir que ‘sí’ al Señor?
No cuesta decir “sí” al Señor, porque Él lo vale todo. Cuando lo perdemos de vista a Él, su fidelidad y su bondad, sí cuesta porque olvidamos su promesa y que Él sólo nos pide para darnos más. Pero a Él no me cuesta decirle sí.
¿Podrías resumir qué han significado estos años de preparación para este paso que va a dar?
Estos años han significado purificación, pero también, conocer a Jesús, su amor, conocerme a mí misma, descubrir el don que me ofrece en la vocación y un camino de confianza en Él.
Actualmente estudias en la Universidad de San Dámaso, ¿en qué te están ayudando la Filosofía y la Teología que estudias allí?¡Me están ayudando muchísimo! Me ayudan para conocer a Dios. Estudiando Teología me estoy dando cuenta de cuánto no sabía y no sé de Dios, y esto me llena de una sed de conocerle más, de descubrir la verdad de quién es Él. También me está ayudando para descubrir la belleza de nuestra fe, y para ponerme en contacto con el hombre de hoy tratando entender su pensamiento para poder después transmitir esta belleza que estoy recibiendo y que es nuestra fe.
Has trabajado apostólicamente en varios lugares, pero con mayor dedicación en el ECYD, en Houston. ¿Qué recuerdas y qué hay en ti de aquellas personas, de aquella etapa, de aquel momento?
Mis tres años en Houston fueron una gozada. Un tiempo de poder experimentar la belleza de nuestra misión como consagradas, de trabajar junto con los laicos. Recuerdo con mucho cariño todas las convivencias, campamentos del ECYD, los veranos de colaboradoras ECYD. Disfruté mucho poder acompañar a las niñas y sus familias durante tres años, pudiendo ser parte de sus vidas.
Fueron unos años muy alegres, me encantaron. Me dieron también una convicción sobre nuestra misión. Pude tocar el efecto que el ECYD tiene en las vidas de los adolescentes.
¿A qué te gustaría dedicarte en un futuro como consagrada?
Realmente no lo sé, porque solamente he tenido experiencia del ECYD, y me encantaría seguir trabajando con adolescentes. También en estos años en España pude ayudar en el Colegio Cumbres de Valencia que me ha abierto un horizonte de trabajo en colegios, y me encanta también. Pero me hace mucha ilusión poder conocer más realidades en las que trabajamos para ir descubriendo cómo y dónde el Señor quiere que le sirva.
¿Qué mensaje das a aquellos jóvenes que se plantean la vocación a la vida consagrada?
Les digo que vale la pena seguir al Señor donde Él te invite. Que Él es fiel. Y aunque pueda parecer contradictorio a los ojos del mundo, vivir tu vida en Él siempre te lleva a la felicidad y a vivir una vida plena. Él sólo quiere darnos Vida, y Vida en abundancia.
Pim, pam, pum…
Te digo una palabra, y me respondes con otra:
- Familia – amor
- Laico – potente
- Legionario de Cristo – hermano
- Consagrada – esposa
- Laico consagrado – hermano
- Votos definitivos – forever
- Comunión – Cristo
- Jesús – esposo
- Casa – familia
- Amigos – cariño
- COVID-19 – misterio
- Anillo – alianza
- Deseo – profundo
- Los otros – amarlos
- Trabajo – servicio
- Iglesia – santidad
- Sufrimiento – redención
- Autonomía – sana
- Estados Unidos – I love my country 😊
- Vida – abundante
- Apostolado – misión
- España – ¡¡qué viva!!
- Descanso – playa
- Un libro – Fullfilment of all desire
- Una película – The Patriot
- Una canción – Señor a quién iremos
- Tu personaje favorito – Olaf
- Tu color preferido – Rosa
- Tu número favorito de los Estatutos del Regnum Christi – 7 y 8
- Tu número favorito de las Constituciones de las Consagradas – 3
- Tu santo favorito – tengo muchos