• Estoy convencida que el Señor nos invita a hacer presente su Reino con nuestra propia vida y, de alguna manera, nuestra experiencia formativa forma parte de esta.
• Tengo especialmente en el corazón la vida consagrada y religiosa en la Iglesia por lo que, si algo de mi formación en psicología puede ayudar en ese campo, ¡aquí estoy!
• Desde el inicio propuse estudiar Psicología como una herramienta que me permitiese ponerme al servicio de lo fuese necesario.

Maida, nacida en Chile y con 20 años de consagración a sus espaldas, está estudiando Psicología en la Universidad Abat Oliba, en Barcelona. Hemos hablado con ella para descubrir las claves de estos estudios civiles y la importancia en su vocación y misión apostólica. Actualmente, Maida apoya en la sección de jóvenes del Regnum Christi de Barcelona, sobre todo a través del acompañamiento personal. Entre sus inquietudes por estudiar Psicología se encontraban “algunos aspectos de nuestra crisis institucional que me evidenciaron la importancia y necesidad de una correcta formación y vivencia de las diversas dimensiones de la vida”. Y a ello se sumó la necesidad de dar un mejor acompañamiento al creciente número de chicas “que venían a pedirme consejos sobre aspectos de su vida personal y familiar que me despertaban muchas preguntas frente a las que me costaba mucho encontrar respuestas”.

Cuando te consagraste ¿pensaste en alguna ocasión que también ibas a estudiar en algún momento una carrera civil?

No, la verdad no era algo que estuviese en mi mente ni en mi corazón en ese momento.

¿Cómo surgió la posibilidad de estudiar carrera civil? ¿Por qué escogiste precisamente el grado de Psicología?

Esta inquietud surgió a raíz de dos experiencias complementarias. Por una parte, siempre me ha gustado mucho acompañar y en los últimos años antes de empezar a estudiar me empecé a encontrar cada vez con más chicas que venían a pedirme consejos sobre aspectos de su vida personal y familiar que me despertaban muchas preguntas frente a las que me costaba mucho encontrar respuestas que me convencieran sobre cuál sería la manera más conveniente de acompañar esas realidades… Y, por otro lado, algunos aspectos de nuestra crisis institucional me evidenciaron la importancia y necesidad de una correcta formación y vivencia de las diversas dimensiones de la vida humana entre las cuales la parte psicológica integrada dentro de la compleja y bella realidad humana también tiene algo importante que decir…

Estas inquietudes se fueron consolidando con el paso del tiempo y el estudiar psicología se me presentó como una posible respuesta que resonaba con fuerza en mi interior.

Me encantaría poder combinar una labor pastoral con jóvenes junto con la atención terapéutica de jóvenes y adultos.

¿Qué expectativas apostólicas buscas con tus estudios de Psicología? ¿Cuáles son tus planes para el futuro en tu vida consagrada y la misión desde estos estudios civiles?

Desde el inicio propuse estudiar esto como una herramienta que me permitiese ponerme al servicio de lo fuese necesario llevando esta formación conmigo… Sólo el Señor sabe los caminos de servicio que se abrirán hacia adelante… ¡Él siempre es creativo y seguro tendrá una buena idea por ahí!

Estoy convencida que el Señor nos invita a hacer presente su Reino con nuestra propia vida y de alguna manera nuestra experiencia formativa forma parte de esta.

Personalmente me encantaría poder combinar una labor pastoral con jóvenes junto con la atención terapéutica de jóvenes y adultos. Tengo especialmente en el corazón la vida consagrada y religiosa en la Iglesia por lo que, si algo de mi formación en psicología puede ayudar en ese campo, ¡aquí estoy!

¿Cómo ha influido tu formación pedagógica, humanística, teológica… en tu vida apostólica hasta el momento presente? ¿Qué le aporta la Psicología?

Sin duda mi formación ha influido de muchas maneras en mi forma de entender, acoger y acercarme a Dios, a los demás, a la realidad e, incluso, a mí misma. En este sentido, creo que estos estudios me permiten añadir una nueva perspectiva a este camino.

Estoy convencida que el Señor nos invita a hacer presente su Reino con nuestra propia vida y de alguna manera nuestra experiencia formativa forma parte de esta.