En esta localidad, se han abordado los diferentes ámbitos de apostolado del Regnum Christi, tal y como se ha pedido para esta primera fase local hacia la Convención General que se celebrará en 2024. En estas reuniones han participado miembros del Regnum Christi y otros que no lo son, “pero que tienen una cierta cercanía y en algunos casos son de otras realidades eclesiales y han enriquecido la reflexión”. Para Pablo, “en los Encuentros con Cristo ha habido una gran libertad de espíritu para poder decir lo que cada uno pensaba, que es de lo que se trata este proceso de discernimiento”.

¿Cómo han sido estos encuentros con Cristo?

En mi opinión las reuniones han sido sumamente fructíferas y han sido reuniones en las que ha habido una gran libertad de espíritu para poder decir lo que cada uno pensaba, que es de lo que se trata este proceso de discernimiento: el ver qué es lo que nos habla el Espíritu Santo.

En muchas de estas reuniones han participado personas que no son de Reino, pero tienen una cierta cercanía y en algunos casos son de otras realidades eclesiales y ha sido sumamente interesante ver cómo, desde esa perspectiva, han podido enriquecer realmente en lo que íbamos diciendo.

¿Qué percepción tienes del Regnum Christi antes y después de haber participado en este tipo de Encuentros con Cristo?

La percepción que tengo es que estamos en un proceso de redescubrimiento del Regnum Christi. Es como ese padre que saca del baúl cosas nuevas y cosas viejas. Mi percepción del Regnum Christi, por tanto, no ha cambiado, puesto que estamos avanzando, estamos haciendo todo un proceso de redescubrimiento. Esa es la palabra, el redescubrimiento del Regnum Christi, sobre todo los que llevamos muchos años, en lo que permaneciendo lo fundamental, lo original, hay muchas aplicaciones prácticas de ese inicio que van cambiando o que tienen que cambiar.

¿Qué significa para ti “Me toca a mí, de mí también depende”?

Para mí, es el aspecto fundamental de la vocación personal e individual a la que Dios nos llama a cada uno de nosotros. En mi caso, al Regnum Christi. Cristo me señala con el dedo y me dice que esto es lo que “yo quiero que hagas”, y yo interpreto eso como un “me toca a mí”. Pero no me olvido tampoco de que también “depende de mí”, es decir no es solamente una labor personal e individual, sino que es un labor con Cristo, en primer lugar, con las personas que están a mi alrededor con todas aquellos miembros del Regnum Christi y no del Regnum Christi que están ahí para que colaboremos con Dios en la misión de la salvación de las personas.

¿Qué es para ti la misión común que tenemos como miembros del Regnum Christi?

Para mí, la misión común que tenemos es doble: por un lado, individualmente, es hacer la experiencia de ese amor de Cristo, hacer la experiencia de ese Cristo que está ahí, que me espera y que me acompaña al mismo tiempo; y la otra parte es ayudar y acompañar a los demás para que hagan esa misma experiencia del amor de Cristo. Es lo que dice el número 10 de los Estatutos: la experiencia personal del amor de Cristo que nos empuja y nos impulsa a entregarnos al máximo por Él.

No es algo obligatorio, algo a lo que alguien me puede obligar, sino que es un impulso obligatorio que siento después de haber hecho ese encuentro con Cristo, después de haber visto qué es lo que él ha hecho por mí, después de haber visto cuánto me ama. Debería ser una obligación voluntaria de corresponder a toda esa acción de Dios, a toda ese volcarse de Dios hacia mí.