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Galardón Alter Christus | Entrevista a Javier Grande: “Los laicos no son subsidiarios de los sacerdotes: tienen verdaderos carismas para la construcción de la comunidad”

Los tres sacerdotes que han recibido el galardón Alter Christus de Pastoral Familiar

LomásRC

Javier Grande, Juan Huguet y Lucas Blanes son los tres sacerdotes que han recibido el Galardón Alter Christus de Pastoral Familiar en 2023. Su gran particularidad ha sido trabajar los tres en equipo coordinando su trabajo en Moncada, Valencia. Javier Grande nos cuenta que “la comunión sacerdotal que se ha dado es un gran regalo: somos de distintas edades, procedencias, sensibilidades… y se nos ha concedido compartir la vida, la fe y la vocación, hemos orado juntos, nos hemos llamado a la verdad, hemos compartido cómo estábamos, nos hemos cuidado, hemos discernido, coordinado, arriesgado… nos lo hemos pasado en grande y se nos ha concedido disfrutar, valorar y potenciar el carisma propio que Dios le ha otorgado a cada uno”.

Para este sacerdote, “la parroquia es una comunidad de comunidades, una Familia de familias”, y, citando a san Juan XXIII, además es “la fuente de la aldea donde todos van a beber”. Y algo de eso tiene cuando “es el lugar del encuentro con los novios que quieren casarse, los padres que acaban de tener un hijo, el acompañamiento en la educación y en la iniciación cristiana de los pequeños, el sostén cuando los adolescentes no se aguanta ni ellos mismos, la presencia en los momentos de dolor, enfermedad, y muerte”. También nos explica que el trabajo parroquial y la pastoral familiar caminan de la mano cuando no son exactamente lo mismo: “Es la vida de oración compartida, la celebración vivida en familia, la confesión, la adoración y la alabanza. La preocupación por los más desfavorecidos, la mano discreta que ayuda y que acompaña…”. Con él hemos hablado de lo que hay detrás de un galardón como este de Pastoral familiar.

 

Juan Huguet con jóvenes en la JMJ de Lisboa 2023
Don Juan Huguet, uno de los tres sacerdotes galardonados, con jóvenes en la JMJ de Lisboa.
¿Qué lecciones ha aprendido en su familia como para recibir este galardón por su trabajo sacerdotal?

A ellos se lo debo todo, sin duda alguna son mi Casa de Nazaret, donde se preparó la tierra para que la semilla que el sembrador quiso esparcir encontrara una tierra lo suficientemente abierta para acogerla.

 

De ellos he aprendido la importancia de la Familia en la vida y especialmente en la trasmisión de una fe donde la presencia de Dios se normaliza, donde hay un gran amor a la iglesia y a los sacerdotes, donde la comunión, el estar atentos unos a otros es “lo normal”, donde se vive desde la fe, especialmente los momentos más duros de enfermedad y muerte y donde me enseñaron a estar siempre al servicio de los demás. Mi casa era la casa de todos, la sucursal de Cáritas Parroquial..

 

Realmente fue mi primer seminario: lugar de presencia cotidiana de Dios, de amor a la Iglesia, y especialmente a la parroquia y a sus sacerdotes, y de entrega a los más desfavorecidos.

Realmente fue mi primer seminario: lugar de presencia cotidiana de Dios, de amor a la Iglesia, y especialmente a la parroquia y a sus sacerdotes, y de entrega a los más desfavorecidos.

Usted ha sido párroco en San Jaime, pero el galardón es el trabajo conjunto de tres sacerdotes, en dos parroquias. ¿Cómo valora este trabajo pastoral coordinado? ¿Qué retos y qué ventajas tiene?

Sin duda alguna la comunión sacerdotal que se ha dado en Moncada es uno de los grandes regalos, tal vez porque ha ido más allá de un “trabajo común” o de afinidades personales. Somos sacerdotes de distintas edades, procedencias, sensibilidades… y se nos ha concedido poder compartir la vida, la fe y la vocación, hemos orado juntos, nos hemos llamado a la verdad, hemos compartido cómo estábamos, nos hemos cuidado, hemos discernido, coordinado, arriesgado… nos lo hemos pasado en grande y se nos ha concedido disfrutar, valorar y potenciar el carisma propio que Dios le ha otorgado a cada uno.

 

Don Juan y don Lucas han sido un verdadero regalo del Padre. Me han ayudado a crecer en mi fe, a anhelar la santidad, y especialmente a no desfallecer nunca en la tarea evangelizadora.

 

No es casualidad que el Señor enviara a los apóstoles de dos en dos, no es superfluo que no seamos presbíteros aislados, sino en el seno de un presbiterio, porque nuestra unidad nace de una “ íntima fraternidad sacramental” (Presbyterorum ordinis 8), y eso es un regalo maravilloso.

 

Lucas Blanes, a la izquierda, y Javier Grande, a la derecha, durante la recepción del galardón Alter Christus de pastoral familiar 1
Lucas Blanes, a la izquierda, y Javier Grande, a la derecha, durante la recepción del galardón Alter Christus de pastoral familiar.

 

Dirigir una parroquia y llevar pastoral familiar, ¿son dos tareas distintas?

No. La parroquia es una comunidad de comunidades, una Familia de familias. La parroquia es “la fuente de la aldea donde todos van a beber” (S. Juan XXIII), por eso ella posibilita un trabajo total con la familia, con todos los miembros y en ámbitos y profundidades distintas: es el lugar del encuentro con los novios que quieren casarse, los padres que acaban de tener un hijo, el acompañamiento en la educación y en la iniciación cristiana de los pequeños, el sostén cuando los adolescentes no se aguanta ni ellos mismos, la presencia en los momentos de dolor, enfermedad, y muerte. Es la presencia en el día a día, en las fiestas del pueblo, en las tradiciones más arraigadas… Es el acompañamiento en los momentos claves, en las dudas. Es la vida de oración compartida, la celebración vivida en familia, la confesión, la adoración y la alabanza. Es la preocupación por los más desfavorecidos, la mano discreta que ayuda y que acompaña. Es una verdadera y total pastoral familiar!!

 

¿Cuáles son los ejes principales de pastoral familiar que llevan adelante en Moncada?

Solemos decir que es una pastoral con las tres “i”. Es una pastoral intencional, en la que, como he compartido antes, se intenta llegar a todos de diversas maneras, no hacemos las cosas por hacer, todo tiene una clara intención evangelizadora. La segunda “i” es la búsqueda de la intensidad de las acciones, de manera que lo que hagamos sea significativo, conecte con la vida de las familias, sus preocupaciones, sus anhelos… y especialmente proponemos una pastoral que invita. Ninguna acción empieza y acaba en ella misma, todas, insertas en un único proceso, invitan a introducirse en él, a engancharse en un momento o en otro, desde una intensidad u otra.

¡El galardón es para Dios!

Sus parroquianos y algunos sacerdotes que les conocen fueron justamente los que propusieron su candidatura a los galardones. ¿Cómo valora esto?

Pues he de reconocer que ha sido un guiño del Señor para los tres sacerdotes. Días antes de que nos comunicaran la noticia del galardón el Sr. Arzobispo nos había comunicado que don Juan y yo dejábamos Moncada.

 

Como pueden imaginar fue un momento de “turbación”. Somos pequeños y pecadores y muchas veces nuestras expectativas nos juegan una mala pasada. Gracias a Dios y desde la comunión que vivimos nos ayudamos a entender que “Dios sabe más” y que si Dios es el centro de todo, nos tocaba fiarnos del discernimiento del Arzobispo.

 

Por eso, que quienes han compartido con nosotros tanto y nos ha “sufrido” nos hayan propuesto para este galardón es una alegría, y un reconocimiento a la historia que Dios ha hecho en estos años. Realmente, ¡el galardón es para Dios!

 

Juan Huguet bautiza a una niña en una de las parroquias de Moncada 1
Don Juan Huguet bautiza a una niña en una de las parroquias de Moncada.

 

¿Cuál es el papel de los laicos en la pastoral familiar en las dos parroquias de Moncada?

Toda, ya que el mismo proyecto pastoral en sí mismo, que nace de un equipo formado mayoritariamente por laicos: “El área de Evangelización”, la coordinación de ese proyecto por el Consejo Pastoral y la ejecución en las distintas áreas parroquiales, lideradas por laicos, hacen que sean ellos los que realmente han posibilitado que la pastoral familiar fuera una realidad.

 

Y lo han hecho, no porque los sacerdotes no lleguemos y ellos tengan que subsidiariamente asumir una tarea que no les correspondería, sino porque el Espíritu Santo suscita en ellos verdaderos carismas para la construcción de la comunidad y eso es algo que no podemos desaprovechar.

 

¿Y, para finalizar, nos recomienda un libro o una película que nos ayude como matrimonio y familia?

Para mí, dos grandes libros son “El regreso del hijo pródigo”, de Henri J. M. Nouwen, y “Cartas del diablo a su sobrino”, de C.S. Lewis, y como soy más de series que de películas, sin duda alguna, “The Chosen”.

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