Galardón Alter Christus Pastoral familiar | Santiago Arellano: “Dios crea el matrimonio para mostrarnos que Él nos ama como un esposo enamorado”
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- La inquietud de servir a las familias me viene primero de mis padres, seglares activos en la lucha por defender la familia y la vida.
- Dios ha usado dos imágenes para expresar su Amor: la primera es la familia, la segunda es Cristo Crucificado.
Santiago Arellano es párroco en Talavera de la Reina, pero este sacerdote nació en Pamplona, hace 48 años, el día de la Virgen del Carmen. Y el año que viene hará sus bodas de plata sacerdotales. Según nos cuenta este sacerdote que ha recibido el Galardón Alter Christus de Pastoral Familiar, “a la Virgen le debo todo, mi vida natural, mi vida sobrenatural, mi vocación… Todo”. Y esto, en gran medida, porque “mi madre llegó a perder trece niños varones, y creo que mi vida se la debo a la Virgen”.
La pasión por la familia la lleva en la sangre: “Hay emergencia educativa, afectiva y espiritual en todas las familias de hoy en día y hay que usar todos los medios que tengamos: colegios, universidades, parroquias, medios de comunicación… para trasmitir el gozoso evangelio de la familia, siempre uniendo la Verdad con la Caridad, con la alegría evangelizadora que nos da el sabernos amados por el Corazón de Jesús y de María”.
Ha sido párroco, y tanto en la diócesis de Pamplona como en Talavera, se ha dedicado de una forma especial a la pastoral familiar, ¿por qué esta inquietud en concreto?
Efectivamente en mis 24 años de sacerdote, siempre he sido párroco y desde el principio muy vinculado con la pastoral familiar. En la Diócesis de Pamplona estuve diez años de Delegado episcopal de Familia y ahora en Toledo, aunque estoy nombrado Director del Secretariado diocesano de Nueva Evangelización, colaboro mucho con la delegación Diocesana de familia, que lleva don Miguel Garrigós, un gran amigo desde el seminario y que también recibió este galardón y soy el Delegado arciprestal de familia.
La inquietud de servir a las familias me viene primero de mis padres, seglares activos en la lucha por defender la familia y la vida. Y después por haber entendido que Dios ha usado dos imágenes para expresar su Amor: la primera es la familia, la segunda es Cristo Crucificado. Dios crea el matrimonio para mostrarnos desde el principio que él nos ama así “como un esposo enamorado” y quiere que nazcamos de un padre y una madre, para que podamos entender que Dios es nuestro padre.
Yo doy gracias a Dios por mis padres y mi familia, a mi Dios me lo ha puesto muy fácil. Pero recuerdo empezar a darme cuenta del plan del diablo, cuando siendo voluntario en la cárcel de Ocaña le dije a un preso: “Dios es tu padre”, y él se enfadó conmigo y me dijo: “Mi padre era un alcohólico que nos maltrataba”. Ese es el plan del diablo: que nadie pueda conocer el amor paternal de Dios y para eso que no haya padres que lo reflejen. Que nadie pueda conocer el amor esponsal de Cristo, y para eso que no haya esposos fieles que lo reflejen. Que no haya vida humana, ni matrimonio de hombre y mujer según el plan de Dios para que nadie pueda entender el Amor de Dios.
Se está cumpliendo lo que la Virgen dijo a Lucía en Fátima y ella escribía al Cardenal prefecto de la familia: “El último ataque de satanás será contra la familia”. Yo estoy convencido que un sacerdote para predicar hoy necesita llevar en una mano el Crucifijo y en la otra un matrimonio con su familia.
San Juan Pablo II decía: “A la familia Cristiana hay que recomendar explícitamente la devoción y consagración al Corazón de Jesús”.
¿Qué nos jugamos sin matrimonios y familias unidas y que viven la fe?
Nos jugamos todo, al ser la primera célula de la sociedad, nos jugamos la paz social, la tranquilidad del orden de toda vida natural, y también, como digo, nos jugamos la trasmisión de la Salvación. La familia es Iglesia doméstica, el primer ámbito de la evangelización. Nos jugamos la vida natural y la vida sobrenatural. Todo.
¿Cuáles son las necesidades más apremiantes a las que debe atender en este momento el trabajo pastoral con familias?
A lo largo de mi vida sacerdotal me ha tocado ayudar a las familias en todos los ámbitos. Desde ayudas materiales a familias necesitadas de ropa y alimento hasta ayudas de tipo educativo o psicológico, pero creo que la principal ayuda hoy en día es de tipo espiritual. Hay que cuidar los tres pilares de la educación: 1º Dar criterios claros al entendimiento contra la dictadura del relativismo; 2º generar hábitos buenos que eduquen la voluntad desde el gozo de las actividades buenas; y 3º dar piedad, llenar el alma de intimidad con el Corazón de Cristo. “Familia que reza unida permanece unida”.
Me ha tocado trabajar mucho por la unidad familiar. Trabajar por la comunión entre los esposos y para eso animar a llevar la Cruz e insistir mucho en lo que el Señor dijo a Pedro cuando aconsejaban no ir a la cruz: “Apártate de mi vista satanás, tú piensas como los hombre y no como Dios”.
El Señor quiere que su imagen sea una ventana al cielo, el lugar donde reza la familia, como un “sagrario doméstico”.
Hay una cierta coincidencia entre una iniciativa del Regnum Christi, “El apostolado del Sagrado Corazón para vivir en familia”, y una de sus grandes apuestas por promover la consagración de las familias al Sagrado Corazón. ¿Qué aporta esta consagración de las familias?
Siempre que veo que alguien promueve la consagración de las familias al Corazón de Jesús me alegro mucho y me siento en total sintonía. Os agradezco que lo hagáis desde Regnum Christi. El Padre Mateo Crawley fue llamado por San Pablo VI el “apóstol moderno del Sagrado Corazón”. Como reza una lápida que hay en la capilla de las apariciones de Paray Lemnonial, él recibió la inspiración, y se lo confirmaron los Papas, de “organizar una Cruzada Mundial para el Reinado Social del Sagrado Corazón, por medio de la Entronización de los hogares”.
Y ¿en qué consiste esto?, decía el Papa: “Consiste en instalar la imagen del Sagrado Corazón, como sobre un trono, en el sitio más noble de la casa, de tal manera que Nuestro Señor Jesucristo reine visiblemente en los hogares católicos” (Benedicto XV). Y el mismo Padre Mateo decía que “la gran empresa moderna es, pues, la reconstrucción de Nazaret, o, si queréis, la reproducción de la familia santa de Betania, el hogar de los verdaderos amigos de Jesús”.
Mateo Crawley ayudó mucho en la preparación de la consagración de España al Corazón de Jesús, predicando la consagración de las familias, fueron cientos de miles las casas consagradas en esta época y todavía se conserva la imagen en muchas de ellas. Pero hay que renovar esa consagración y el que no la tenga hecha hay que hacerla.
El Papa San Juan Pablo II, decía en la encíclica Familiaris Consortio número 61: “A la familia Cristiana, además de las oraciones de la mañana y de la noche, hay que recomendar explícitamente… la devoción y consagración al Corazón de Jesús…” (FC 61). Jesús hoy dice a las familias como a Zaqueo: “Date prisa pues hoy tengo que quedarme en tu casa”( Lc 19,1-10) y con el Apocalipsis te dice: “Mira, estoy llamando a la puerta; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo” (Ap 3,19-22). Quiere que cada familia diga: “Yo y mi familia serviremos al Señor” (Josué 24, 15). El Corazón de Jesús prometió a Santa Margarita: “Bendeciré los hogares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada”. He visto el fruto de estas consagraciones a lo largo de mi vida. He visto milagros de muchos tipos, pero sobre todo de unidad y de piedad.
Por eso quiero decir al que pueda leer estas líneas: consigue una bonita imagen del Corazón de Jesús, Él quiere que sea “expuesta y honrada”. Busca el mejor sitio de la casa para colocarla y llama a un sacerdote que la bendiga y consagre tu familia al Corazón de Cristo Rey. Y desde ese momento trata a Jesús como si presente se hallase. La presencia más grande de Dios en la tierra está en el Sagrario, en la Eucaristía. Pero el Señor quiere que su imagen sea una ventana al cielo, el lugar donde reza la familia, como un “sagrario doméstico” desde donde el Señor se siente acogido y amado.
Como aquella empleada de hogar que escribió: “Hemos invitado a nuestra casa al Amigo Divino y con mi marido hemos hecho la Entronización, pidiéndole, que sea el Amo y el Amigo, no de una hora, sino de toda la vida… El Sagrado Corazón será, ¡oh sí! El único Rey y Amigo en penas y alegrías, nuestra casita será suya y Él será nuestro”. Pido a todos que lo prueben de verdad y no quedarán defraudados.
Jesús cumple su promesa de que si entronizas la imagen de Su Corazón en tu casa, consagras tu familia y le honras, el Corazón de Jesús cuida de ti y de tu familia y pone Su Paz en ella.
Ha comentado alguna vez que ha visto milagros gracias a la consagración de una familia al Sagrado Corazón. ¿Puede contarnos alguno?
Tengo el recuerdo especial de una familia muy amiga mía. Cuando yo los conocí llevaban cuatro años separados. Los niños dormían en casa y ellos iban una semana uno y otra otro. Habían pasado por todo tipo de psicólogos y terapias, en todas habían fracasado. Cuando hablaba con ellos y pensaba en esos psicólogos que les aconsejaban divorciarse me acordaba, como comentaba antes, del pasaje de Mateo 16, 23: “Apártate de mi vista satanás, tu piensas como los hombres y no como Dios”, siempre intentando evitar la cruz y haciendo a todos huir de ella. Con esos consejos llegaron a la conclusión que eran incompatibles y que seguir intentándolo era para sufrir más.
Alguien les habló de mí como si yo fuera una especie de gurú de la unidad matrimonial. Llegaron donde estaba yo y ni se miraron al encontrarse. Muy frio. Desesperados vinieron a explicarme y preguntarme: “¿Verdad que nosotros no tenemos solución?”. Yo les dije: “Mirad, yo solo tengo una terapia para esto… y es esta”. Y saqué una imagen del Corazón de Jesús enorme que tenía en el despacho… “Ha prometido bendeciros si la ponéis en casa y le rezáis”. El esposo dijo: “Pero esto es un poco friki, ¿no?”. “Sí”, le dije, “pero funciona”. “Bueno pues si funciona, nos la llevamos…”.
Iban por la calle y ella con el jersey trataba de tapar la imagen. Les dije que tenían que rezar por la noche una oración juntos y con sus tres hijos antes de despedirse y que dentro de tres días yo iría a su casa a consagrarles… Fui a la casa e hicimos las oraciones. Yo marché, y como se había hecho muy tarde, el esposo fue la primera noche que se quedó a dormir después de cuatro años…
Al día siguiente la madre se levanta pronto y ve que el niño de 10 años se había levantado antes y que estaba de rodillas ante el Corazón de Jesús. La madre le preguntó: “¿Qué haces ahí, hijo mío, tan pronto?”. El niño le contestó: “Mamá, ¿no te das cuenta que es Él el que nos ha unido de nuevo?”. Esa mañana se volvieron a reunir los cinco para rezar de nuevo, por la noche lo mismo, y se volvió a quedar en casa el esposo, así día tras día hasta hoy y de esto han pasado ya varios años.
Cada miembro de la familia ha ido creciendo en unión con el Corazón de Jesús y entre ellos reina la unidad y la Paz que trae este Corazón. Si bien es verdad que “familia que reza unida permanece unida”, también es verdad que Jesús cumple su promesa de que si entronizas la imagen de Su Corazón en tu casa, consagras tu familia y le honras, el Corazón de Jesús cuida de ti y de tu familia y pone Su Paz en ella.
Y la verdad es que solo con ver un matrimonio unido, eso ya evangeliza.
Otra actividad que Usted promueve es Proyecto de Amor Conyugal cuyos frutos son también conocidos, pero hay una actividad que se llama Family Night ¿puede explicarnos en qué consiste?
Consiste en que la familia sea evangelizadora de otras familias. Es una iniciativa de la delegación de Familia de la Diócesis de Toledo y colaboramos desde el secretariado de Nueva Evangelización. Se trata de exponer el Santísimo en una Iglesia, y hay familias que se quedan rezando y cantando ante Él, otras familias se quedan en la puerta recibiendo a la gente, y otras familias salen por las calles a invitar a entrar y conocer a Jesucristo que está vivo en la Eucaristía.
Los sacerdotes que estamos entretanto en la parte de atrás confesando somos testigos de la cantidad de milagros que se dan de esta manera. Como muchos corazones y familias enteras vuelven a la Iglesia por esta sencilla invitación de una familia y la recepción y oración de otras.
Es verdad que cuando esta actividad la hacemos por la tarde salen las familias enteras también con niños pequeños, en cambio por las noches los que salen a evangelizar por las calles son los matrimonios. Y la verdad es que solo con ver un matrimonio unido, eso ya evangeliza.
Yo diría que hoy en día todo lo que hace referencia a la verdadera familia es ya una periferia.
¿Cuáles son las periferias cuando hablamos de pastoral familiar? ¿Cómo podemos llegar a ellas?
El Papa Francisco nos ha animado mucho a salir a las periferias, y creo que es verdad. Yo diría que hoy en día todo lo que hace referencia a la verdadera familia es ya una periferia. Con esta “dictadura del pensamiento, hegemonía del pensamiento único, colonialismo de la uniformidad”, con esta ideología de género, con esta cultura individualista y egoísta, con esta cultura de muerte, es urgente.
Recuerdo que el Papa Benedicto hablaba de la “emergencia educativa”, emerger tiene dos sentidos: urgencia y sacar a flote lo que está hundido. Pues así lo veo yo: hay emergencia educativa, afectiva y espiritual en todas las familias de hoy en día y hay que usar todos los medios que tengamos, colegios, universidades, parroquias, medios de comunicación, redes sociales, ir a la calle… todo para trasmitir el gozoso evangelio de la familia, siempre uniendo la Verdad con la Caridad y todo ello con la parresia del Espíritu, con la alegría evangelizadora que nos da el sabernos amados por el Corazón de Jesús y de María, y con la esperanza de que, como dice Jesús, “reinaré a pesar de mis enemigos”. Y como dice la Virgen en Fátima: “Mi Corazón Inmaculado triunfará”.
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