Durante este tiempo, Marta junto a otras chicas y consagradas, está viviendo un tiempo de discernimiento y acompañamiento en su vocación. En esta entrevista, nos cuenta cómo es el seguimiento de Cristo tras una llamada a seguirle radicalmente: “Él no quiere absolutamente nada que tú no quieras, Él solo te quiere feliz”.
¿Quién es Cristo para ti, porque has decidido dejarlo todo para seguirle y tomarte en serio la invitación que te hace?
Es una pregunta difícil. Cristo es alguien que me conoce mejor que yo a mí misma (mis deseos, heridas, anhelos, miedos…). Alguien que me busca y me hace constantemente feliz. Es alguien que cuando soy consciente de que está a mi lado, nada temo. Es amigo. Es en quien descanso. Es alegría y paz. Lo es todo para mí aunque no siempre me acuerdo de ello.
¿Por qué en concreto la vida consagrada en el Regnum Christi?
Porque es donde Él me ha llamado. Donde creo que mi corazón encaja, descansa, arde y es tal cual es.
Un punto de inflexión en mi vida con respecto a este tema fue cuando por fin entendí que la vida consiste en vivir con, por y para Él independientemente del “estado de vida” ya sea carmelita, matrimonio o consagrada.
Desde que experimentaste que podía haber una llamada, ¿cómo ha sido tu vida de oración, tu relación y conversación con Él?
La primera vez que me lo planteé fue hace muchos años. Claramente desde entonces todo ha ido cambiando y he ido madurando muchas cosas. Un punto de inflexión en mi vida con respecto a este tema fue cuando por fin entendí que la vida consiste en vivir con, por y para Él independientemente del “estado de vida” ya sea carmelita, matrimonio o consagrada. El “estado” es algo secundario que no tiene tanta importancia, por lo que no quería centrar mis fuerzas en saber dónde me quiere sino en conocerle y enamorarme más de Él. En esta dinámica de buscarle más a Él me encontré a mi misma, mis deseos y mis anhelos y donde creo que pertenezco.
Jesús no nos quita nada, solo saca lo mejor de nosotros, nos hace libres y ser quienes estamos llamados a ser y no conformarnos con menos.
¿Qué esperas de este tiempo de discernimiento? ¿Cómo está siendo el Señor contigo en este curso previo?
Espero poder pasar mucho rato con Él. Seguir conociéndole más, continuar enamorándome de Él y que se convierta realmente en el centro de toda mi vida. El Señor está siendo conmigo exactamente igual que como lo ha sido siempre: sencillo, fiel y bueno.
El Papa Francisco decía a los jóvenes que “Cristo lo da todo y no quita nada”. ¿Es verdad esto en tu vida? ¿Cómo lo experimentas tú?
¡Claro que es verdad y claro que lo experimento! Es clave poder entender y encajar en nuestra realidad que la voluntad de Dios y nuestra voluntad es la misma. Cuando comprendes esto, de repente te das cuenta que Él no quiere absolutamente nada que tú no quieras, Él solo te quiere feliz. Se me viene a la mente el pasaje del Evangelio de la llamada de Pedro en el que cuenta que estaba pescando y al final Jesús le dice: “Te haré pescador de hombres”. Jesús no le quita en ningún momento ni sus gustos, ni sus deseos, ni quién es. Pedro seguirá siendo pescador (cosa que le encantaba), pero de algo mucho mejor y más grande. Así es Jesús con nuestra vida, no nos quita nada, sólo saca lo mejor de nosotros, nos hace libres y ser quienes estamos llamados a ser y no conformarnos con menos.