Regnum Christi Italia

Mensaje del Papa sobre las vocaciones: no se trata de elegir una forma de vida, sino de “realizar el sueño de Dios”

El Papa habla de la vocación como mirada de Dios

LomásRC

El verano es un momento muy especial para el discernimiento vocacional. Lo es todo el año, toda la vida, pero los seminarios, las congregaciones, las diferentes realidades de Iglesia, organizan en este momento encuentros encaminados a descubrir la llamada de Dios a cada uno.

Los legionarios de Cristo, consagradas y laicos consagrados del Regnum Christi no son una excepción, por lo que numerosos jóvenes de diferentes lugares del mundo se encuentran discerniendo la voluntad de Dios en sus vidas en las diferentes vocaciones del Regnum Christi.

 

El matrimonio también es una  de las vocaciones a las que Dios llama.
El matrimonio es una vocación y una llamada de Dios: también en los esposos pone su mirada.
 
La Palabra y el consejo

Con motivo de la Jornada Mundial de oración por las vocaciones de 2022, el Papa Francisco ha enviado un mensaje en el que pide a todos ponernos “a la escucha de la Palabra, para abrirnos a la vocación que Dios nos confía. Y aprendamos a escuchar también a los hermanos y a las hermanas en la fe, porque en sus consejos y en su ejemplo puede esconderse la iniciativa de Dios, que nos indica caminos siempre nuevos para recorrer”.

 

Se trata de un mensaje en el que el Papa reflexiona sobre “sobre el amplio significado de la ‘vocación’, en el contexto de una Iglesia sinodal que se pone a la escucha de Dios y del mundo”. Todos los católicos estamos llamados a la misión sin ningún tipo de distinción, todos somos “protagonistas”, y por ello “es necesario cuidarse de la mentalidad que separa a los sacerdotes de los laicos, considerando protagonistas a los primeros y ejecutores a los segundos, y llevar adelante la misión cristiana como único Pueblo de Dios, laicos y pastores juntos. Toda la Iglesia es comunidad evangelizadora”.

 

Jóvenes vocaciones de legionarios de Cristo
Jóvenes vocaciones de los legionarios de Cristo
Dios tiene una mirada de amor

Dios siempre mira nuestra vida, y “su mirada de amor siempre nos alcanza, nos conmueve, nos libera y nos transforma, haciéndonos personas nuevas”. Una mirada como la que tuvo con “aquella joven de Nazaret”, que llegó a ser la Madre de Dios; en el pescador Simón, hijo de Jonás, vio a Pedro, “la roca sobre la que edificaría su Iglesia”; y en Saulo, el “duro perseguidor de los cristianos”, vio “al apóstol de los gentiles”.

 

Como explica el Santo Padre, la mirada de Dios nos llama a todos: “La vocación, como la santidad, no es una experiencia extraordinaria reservada a unos pocos. Así como existe la ‘santidad de la puerta de al lado’ (cf. Exhort. ap. Gaudete et exsultate, 6-9), también la vocación es para todos, porque Dios nos mira y nos llama a todos”.

 

Comunidad de laicos consagrados en Madrid, una de las vocaciones del Regnum Christi
Comunidad de laicos consagrados del Regnum Christi en Madrid.
 
Dios sabe nuestras potencialidades

En su mirada a las vocaciones, Dios “ve potencialidades, que incluso nosotros mismos desconocemos, y actúa incansablemente durante toda nuestra vida para que podamos ponerlas al servicio del bien común”.

 

Por ello, de una forma especial como sucede en este tiempo del año, el Papa nos pide ponernos “a la escucha de la Palabra, para abrirnos a la vocación que Dios nos confía. Y aprendamos a escuchar también a los hermanos y a las hermanas en la fe, porque en sus consejos y en su ejemplo puede esconderse la iniciativa de Dios, que nos indica caminos siempre nuevos para recorrer”.

 

Betty Rivera, directora territorial de las consagradas del Regnum Christi, junto a Julien Frommling.
Betty Rivera, directora territorial de las consagradas del Regnum Christi, junto a Julien Frommling.
 
Mirar con los ojos de Dios

“Cuando acogemos esta mirada -explica el Papa- nuestra vida cambia”. “Nos hace ser cada vez más aquello que somos: en la vocación al sacerdocio ordenado, ser instrumento de la gracia y de la misericordia de Cristo; en la vocación a la vida consagrada, ser alabanza de Dios y profecía de una humanidad nueva; en la vocación al matrimonio, ser don recíproco, y procreadores y educadores de la vida”. En otras palabras: “Toda vocación y ministerio en la Iglesia nos llama a mirar a los demás y al mundo con los ojos de Dios, para servir al bien y difundir el amor, con las obras y con las palabras”.

 

El Papa también destaca lo que es el sentido profundo de las vocaciones afirmando que “cuando hablamos de ‘vocación’ no se trata sólo de elegir una u otra forma de vida, de dedicar la propia existencia a un ministerio determinado o de sentirnos atraídos por el carisma de una familia religiosa, de un movimiento o de una comunidad eclesial; se trata de realizar el sueño de Dios, el gran proyecto de la fraternidad que Jesús tenía en el corazón cuando suplicó al Padre: ‘Que todos sean uno’ (Jn 17, 21)”.

 

En este sentido, por tanto, “sacerdotes, consagradas, consagrados y fieles laicos caminamos y trabajamos juntos para testimoniar que una gran familia unida en el amor no es una utopía, sino el propósito para el que Dios nos ha creado”.

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