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Misión Maya | Beatriz: “En las misiones encontré la clave para sanar con amor, y la magia de convertir retos en esperanza”

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Misión Maya es un apostolado del Regnum Christi en la zona maya de México. En ella se acogen a jóvenes que deseen dar parte de su tiempo a la evangelización, y hasta allí ha llegado este verano Beatriz, una joven de Granada siguiendo una llamada interior que nació en ella tras escuchar el testimonio de sus primos en las misiones. Llegó como misionera, pdero salió misionada: “Al llegar a estas comunidades, yo iba con la intención de ayudar, pero a menudo éramos nosotros quienes recibíamos lecciones valiosas de resiliencia y gratitud por parte de los mayas”.
  • “Para dar no se necesitan muchas riquezas, una simple sonrisa puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien”.
  • “Me ha permitido profundizar mi fe y mi conexión con Dios de una manera que nunca habría imaginado”.
  • “No había visto de primera mano cómo el evangelio podía transformar vidas y comunidades enteras”.

Para Beatriz, que estudia 2º de Bachillerato y le gustaría estudiar Derecho, la Misión Maya ha sido su primera experiencia misionera. Y la experiencia ha valido la pena. Nos cuenta que “desde el momento en que llegué a nuestra comunidad, fui recibida con los brazos abiertos”, además le ha permitido profundizar en la fe y su conexión con Dios como nunca lo había imaginado”. De esta experiencia misionera del Regnum Christi, se lleva muchos recuerdos y aprendizajes. Por un lado, “ver de primera mano cómo el evangelio podía transformar vidas y comunidades enteras”, y por otro lado “la importancia de estar más pendientes de los demás y dejar de centrarnos únicamente en lo que nos incumbe individualmente”.

 

Beatriz con niños de su comunidad maya
Beatriz con niños de su comunidad maya.

 

¿Cómo conociste la Misión Maya? ¿Qué es lo que te animó a ir de misiones hasta México?

Hace varios años, tuve la oportunidad de conocer sobre las misiones a través de mis primos. Ellos participaron en misiones y, al regresar, compartieron sus experiencias con la familia. Al escuchar sus relatos y ver el impacto positivo que tuvieron en las comunidades a las que sirvieron, me di cuenta de que era justo lo que estaba buscando.

 

Sus historias me inspiraron profundamente. Vi cómo las misiones no solo brindan ayuda tangible a quienes la necesitan, sino que también crean conexiones significativas y construyen puentes de comprensión y amor entre diferentes culturas y comunidades. Desde entonces, he sentido una llamada interna a participar en misiones y contribuir de manera activa a hacer del mundo un lugar mejor.

Una de las lecciones más valiosas que he aprendido es la importancia de estar más pendientes de los demás y dejar de ser tan individualista

Hacer misiones es también tener un encuentro personal con Cristo, evangelizar y ser evangelizado. ¿Puedes compartirnos tu experiencia Misionera?

Mi experiencia en misiones ha sido una experiencia impactante y significativa que ha dejado una profunda impresión en mi vida y que me ha permitido profundizar mi fe y mi conexión con Dios de una manera que nunca habría imaginado.

 

Cuando decidí embarcarme en esta aventura, no sabía realmente a qué me enfrentaba, pero estaba dispuesta a confiar en Dios y mostrar mi amor a través de él.

 

Una de las lecciones más importantes que he aprendido en estas misiones es la importancia de la humildad. Al llegar a estas comunidades, yo iba con la intención de ayudar, pero a menudo éramos los misioneros quienes recibíamos lecciones valiosas de resiliencia y gratitud por parte de aquellos habitantes. Eran los mayas los que me mostraron lo que significaba confiar en Dios en medio de la adversidad y cómo la verdadera alegría no se encuentra en lo material, sino en una relación profunda con Cristo.

 

Nos cuenta Beatriz que una sonrisa puede cambiar la vida de las personas
Nos cuenta Beatriz que una sonrisa puede cambiar la vida de las personas.

 

Nunca antes, había sido tan consciente de que para dar no se necesitan muchas riquezas, puesto que una simple sonrisa puede hacer una gran diferencia en la vida de alguien. Tampoco había visto de primera mano cómo el evangelio podía transformar vidas y comunidades enteras, pero en estas misiones no tengo duda de que ha sido imprescindible el hecho de compartirlo diariamente con las familias mayas.

 

Diría que las misiones no solo han sido una experiencia enriquecedora y transformadora que han fortalecido mi fe y la de otros mayas que apenas la conocían, sino que también ha sido un desafío personal superar el vivir entre la pobreza y las adversidades a las que nos enfrentábamos.

Los mayas tienen la habilidad de ponerse en el lugar del otro y estar dispuestos a ayudar y apoyar a sus vecinos con tiempo y lo poco que tenían

¿Qué es lo que más te ha sorprendido de esta experiencia Misionera? ¿Te la esperabas así? ¿Qué esperabas encontrar?

Desde el momento en que llegué a nuestra comunidad, fui recibida con los brazos abiertos por los residentes. Nunca antes me había parado a pensar en todo lo bueno que podía recibir allí, sino al contrario, solo había tenido en cuenta las cosas que no iría a encontrar y, por tanto, podríamos llevar para ayudarles. Para mí, fue una maravilla encontrar que todos mostraban ser felices con lo que tenían y que no necesitaban más para poder tener una sonrisa durante el día.

 

Cada despertar era pensar en que el día iba a ser un desafío en el que te enfrentabas a vivir con lo mínimo, pero a pesar de las dificultades como el calor o los mosquitos, te ibas dando cuenta de que tu labor cobraba sentido y de que tus actos se reflejaban en las otras personas que te veían. Es por esta razón por la que digo que en las misiones encontré la clave de sanar con amor, y la magia de convertir retos en esperanza.

 

Las misiones son todos, pequeños y grandes
Las misiones son todos, pequeños y grandes.

 

Debo reconocer que convivir con los mayas donde las condiciones de vida eran muy diferentes, la pobreza era evidente y también lo era la esperanza y la fe de confiar en los misioneros, ha hecho que haya podido ver que durante estos días tan duros de mi vida, no he estado sola en ningún momento. Al final del día a día, dando lo máximo de cada uno y mostrando tu mejor sonrisa para alegrar a otras personas, aparecían las preguntas sin respuesta acerca de lo que de verdad debía hacer allí para ayudar. Después de todo, consideré que lo fundamental era dar mi tiempo a todo aquel que lo necesitara y que en todo momento fuese un testimonio vivo de la fe, mostrando amor, compasión y comprensión hacia todos los que me encontraba en mi camino.

 

Diría que en cada rincón de esta experiencia, no dejé de encontrar la verdadera riqueza: corazones humildes que brillaban siempre con el amor e ilusión.

 

¿Qué les falta a los mayas y que nosotros podemos aportarles?

En estos países menos desarrollados, he podido contemplar que hay falta de las cosas más básicas que tenemos y que vemos como común. Estos habitantes cuentan con una carencia educativa que tiene un impacto significativo en su desarrollo, tanto económico como social. Pese a destacar por su inteligencia o facilidad para resolver problemas, no tienen la oportunidad de recibir una educación que le permita trabajar en lo que de verdad les gusta.

 

Una de las cosas que más me impactó fue la escasez de higiene y de conciencia ambiental, pues en la mayoría de comunidades no había una costumbre arraigada de gestionar adecuadamente los desechos y la basura. También de las preocupaciones más apremiantes que he observado es la insuficiencia de atención médica y salud, particularmente entre los niños pequeños y adultos.

En cada rincón encontré la verdadera riqueza: corazones humildes que brillaban siempre con el amor e ilusión.

Otra de las cosas que más me ha conmovido profundamente en mis visitas a comunidades mayas es la aspiración que tienen muchas personas de conocer lugares y culturas diferentes, como España. Sé que para algunas personas, cumplir este sueño puede ser un desafío debido a las limitaciones geográficas y económicas, pero creo que compartir fotos e historias de mi país ha sido una forma maravillosa de abrir ventanas al mundo y permitir que estas comunidades conozcan lugares y culturas que quizás no tengan la oportunidad de visitar personalmente.

 

De igual modo, considero muy importante brindar cariño y apoyo a las mujeres y hombres que, debido a la explotación de horas en el trabajo sufren de soledad.

 

Las misiones es hacer todo a todos
Las misiones son hacerse todo a todos.

 

¿Y qué tienen ellos que nos falta en España?

Ante todo diría que más que cosas materiales, lo que a menudo nos falta es la profunda empatía que he visto en estas comunidades. Tenían la habilidad de ponerse en el lugar del otro y, a pesar de tener recursos muy limitados, estaban siempre dispuestos a ayudar y apoyar a sus vecinos ofreciendo siempre su tiempo y lo poco que tenían.

 

Asimismo, una de las lecciones más valiosas que he aprendido al interactuar con estas comunidades es la importancia de estar más pendientes de los demás y dejar de centrarnos únicamente en lo que nos incumbe individualmente.

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