Ordenaciones sacerdotales | P. Valenzuela, L.C.: “Los sacerdotes necesitamos vuestro entusiasmo de laicos, es contagioso y ayuda a descubrir el rostro alegre de Cristo”
LomásRC
- El Regnum Christi lo conocí en la universidad y gracias a la vida de equipo y la cercanía a los sacramentos fue madurando la vocación.
- Al día siguiente de mi ordenación seguiré siendo el mismo hijo suyo con el que soñó desde la eternidad.
- Me encantaría poder seguir sirviendo a Dios en la Iglesia a través del acompañamiento de la juventud.
- Sigue en vivo la ordenación sacerdotal
- Ordenaciones sacerdotales | P. Blanchette, L.C.: “¿Qué pasará al día siguiente? No sé, pero el Señor tiene planes más grandes de lo que podemos imaginar”
El P. Carlos tiene 35, es natural de Veracruz, México. En esta entrevista nos cuenta cómo fue descubriendo su vocación y cómo ha madurado a lo largo de los años. De su etapa como miembro laico del Regnum Christi recuerda que “estuvieron llenos de buenos ejemplos por parte de los sacerdotes y religiosos legionarios de Cristo jóvenes que nos acompañaban y de los demás jóvenes que se esforzaban por llevar una vida cristiana auténtica”. Ahora tiene puesta su confianza en Dios, está algo nervioso, “pero me tranquiliza saber que es Dios quien se ha encargado de todo en mi vida por lo que será Él quien se encargará de todo en mi sacerdocio”.
¿Cómo fue su llamada? ¿Recuerda cuándo le dijo que sí a Dios?
La primera ocasión en la que percibí una inquietud por el sacerdocio fue durante las megamisiones de Semana Santa. Tenía 15 años y recuerdo estar ayudando al sacerdote como monaguillo. Ver en la fila de la comunión a tantas personas a las que yo había invitado a confesarse me conmovió mucho, y por primera vez me planteé dedicar mi vida entera a ver brillar esa sonrisa en el rostro de las personas a las que yo pudiera ser instrumento para que encontrasen a Dios.
¿Había algún signo que le indicase que debía ser sacerdote?
En ese momento no, pero recuerdo muy vivamente en ese mismo año en el que participé en una convivencia vocacional en el verano. Me hacía mucha ilusión volver a pasar tiempo con los amigos que había hecho en misiones y por dentro seguía sintiendo esa pequeña inquietud que, poco a poco, se hacía más clara, pero que no entendía. Como parte de la convivencia hicimos una peregrinación a la Villa de Guadalupe y recuerdo claramente que, al momento de pasar por debajo de la tilma, el haberle dicho a María: “Madre mía, si tu hijo quiere que yo sea sacerdote, tú te tienes que encargar”.
Nos ayuda mucho que seáis honestos y exigentes con nosotros. Los primeros años necesitamos consolidar nuestra identidad y la cercanía de los laicos es crucial.
¿Por qué legionario de Cristo? ¿Cómo conoció al Regnum Christi y a los legionarios de Cristo?
Conocí a la Legión de Cristo cuando estudiaba la secundaria. No estudiaba en un colegio del Regnum Christi sino en un colegio de Hermanas Franciscanas, pero nos acompañaba una vez al mes un Legionario de Cristo que nos ofrecía la posibilidad de confesarnos. Desde mis primeros contactos con los legionarios, percibí que había algo diferente y me llamó mucho la atención. Veía siempre una personalidad entusiasta que me ayudó a conocer una faceta de la vida cristiana que no había vivido antes.
Al Regnum Christi lo conocí cuando entré a estudiar a la universidad y me mudé a Puebla. Me incorporé al Regnum Christi en el año 2006, en la sección de jóvenes, y fue gracias a la vida de equipo y la cercanía a los sacramentos que fue madurando esa pequeña inquietud que seguía ahí dentro.
¿La vocación sacerdotal es una vocación de toda la familia? ¿Cómo la han acogido sus padres?
El inicio fue muy difícil para ellos, especialmente para mi padre. Fue una sorpresa muy grande y les costaba entender la separación física. Con el paso de los años tanto mi padre como mi madre no sólo lo habían aceptado, sino que estaban contentos con la elección de vida que había hecho y con la bendición que la vocación sacerdotal de un hijo representaba para la familia y para la Iglesia.
¿Qué papel desarrolla la comunidad de legionarios a la hora de madurar la vocación como seminarista? ¿Y la comunidad Regnum Christi?
En mi caso jugaron un rol crucial, tanto la vida de mi sección como la comunidad de los padres en Puebla. Los años en los que participé de la vida del movimiento estuvieron llenos de buenos ejemplos por parte de los sacerdotes y religiosos jóvenes que nos acompañaban y de los demás jóvenes que se esforzaban por llevar una vida cristiana auténtica. Recuerdo con mucho cariño todos los apostolados que realizábamos y las tardes de encuentro con Cristo.
Ya como seminarista, mi experiencia en prácticas fue también muy positiva. Conté con una comunidad de sacerdotes acogedora y entusiasta por su misión.
¿Cómo han sido sus años de seminarista? ¿Recuerda algún momento especial que haya fortalecido su decisión de decir sí a ser sacerdote?
Cada año fue especial. No todos fueron fáciles pero sin duda estuvieron llenos de momentos de mucha gracia. Recuerdo, como momento de especial decisión, el verano en el que hice mis ejercicios espirituales de mes. Hacer una pausa más larga de silencio y recogimiento me ayudó mucho a recoger los frutos que el Señor había sembrado en mi corazón. Fueron también muy importantes en este campo los últimos años de mi formación en Roma en donde pude conocer de primera mano la vida de la Iglesia.
En la Villa de Guadalupe le dije: “Madre mía, si tu Hijo quiere que yo sea sacerdote, tú te tienes que encargar”.
¿Qué consejos daría a los laicos para acompañarles a ustedes, los nuevos sacerdotes, en estos momentos?
Nos ayuda mucho que los laicos sean honestos y exigentes con nosotros. Creo que los primeros años necesitamos consolidar nuestra identidad como sacerdotes y la cercanía de los laicos es crucial para lograrlo. Necesitamos también de su entusiasmo, pues es muy contagioso y nos ayuda a descubrir el rostro alegre de Cristo que no deja de bendecir a su Iglesia con todo género de dones y bendiciones.
¿Está nervioso a un mes de ordenarse?
Un poco, pero me tranquiliza saber que es Dios quien se ha encargado de todo en mi vida por lo que será Él quien se encargará de todo en mi sacerdocio.
Cierra una etapa de su vida y comienza otra: ¿Qué pasará al día siguiente?
No creo sinceramente que cierre una etapa y abra otra. Al día siguiente de mi ordenación podré participar de un modo distinto en la misión de la Iglesia y colaborar en su ministerio, pero creo que bajo la mirada de Dios seguiré siendo el mismo hijo suyo con el que soñó desde la eternidad.
¿En qué campo de apostolado le gustaría trabajar como sacerdote?
Los últimos años de mis estudios los dediqué a profundizar en el mundo de los adolescentes, me encantaría poder seguir sirviendo a Dios en la Iglesia a través del acompañamiento de la juventud.
Con el paso de los años tanto mis padres han aceptado la vocación, y están contentos con la bendición que la vocación de un hijo representaba para la familia y la Iglesia.
¿A qué está llamado el Regnum Christi y, por tanto, los Legionarios de Cristo, a aportar en la Iglesia actualmente?
Considero que estamos llamados, igual que todos los otros movimientos, a poner nuestro carisma al servicio de la Iglesia universal. Tenemos un gran amor por Cristo que nos motiva a lanzarnos incansablemente para hacer que más personas lo conozcan, lo amen y lo dejen reinar en sus corazones.
PIM, PAM PUM
Ordenación sacerdotal: un don
Diaconado: servicio a todos
España: terreno fértil para el Espíritu
Dirección Espiritual: acompañar
Pobreza: confianza en Dios
Legionario de Cristo: apóstol de Cristo y de la Iglesia
Consagrada: entusiasta
Laico consagrado: apóstol del reino
Laico: un santo en potencia
Regnum Christi: una gran familia
Comunidad: compañeros hasta el cielo
Cielo: felicidad plena
Jesús: amigo inseparable
Jóvenes: buscadores de la felicidad
Cambiar el mundo: nuestra misión
Música: instrumento para dar gloria
Sotana: mi mortaja
Amigos: mi soporte
Su santo favorito: San Juan Bosco y San Francisco de Asís
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