Quienes consagran su familia al Corazón de Jesús reciben un kit que consiste en una imagen del Sagrado Corazón de Jesús para entronizar en la casa, una placa para colocar a la puerta de su hogar y unos ‘detentes’. Junto a estos materiales, se entregan un folleto para prepararse a la consagración personal, otro donde se explica a la familia la devoción al Corazón de Jesús y cómo vivirla y un tercer folleto para los niños pequeños sobre este tema.
Hemos hablado con la familia Ayesa Villalonga, de Bilbao, y les hemos preguntado por la importancia de todos estos elementos tras la consagración: “No es una mera figura la que se pone en casa, sino que es un recordatorio continuo del amor que Jesús nos tiene y cómo a ese corazón humano y divino le interesa todo lo que nos pasa, desde los exámenes, las peleas con amigos… ¡todo!”.
El matrimonio, Eduardo y Almudena, ha explicado que esta consagración les ha facilitado la educación en la fe de sus seis hijos: “La devoción del Sagrado Corazón de Jesús ha supuesto una forma fácil y sencilla de enseñar a nuestros hijos a tratar con Jesús en el día a día”. Además, han contado la importancia de cada signo en la casa para los niños: “Colocar la chapa en la puerta es una forma de dar testimonio a todos sus amigos de cómo en su casa somos amigos de Jesús y le queremos tener presente, Él nos bendice cada vez que entramos y salimos de ella”.
No solo tienen presente esta entronización en su casa, sino en otros elementos que les acompañan cada día. “Las pegatinas detentes del móvil nos ayudan a todos también a tenerle presente cada vez que cogemos el móvil… ¡Imagínate la cantidad de veces que a lo largo del día hacemos ese gesto! ¡Y los adolescentes ni te cuento!”, han explicado. También reconocen que es una forma de “aprender a dar testimonio con una simple pegatina en el móvil de su fe católica”. “Pienso que el señor tiene que estar feliz al oírles, aunque muchas veces lo repitan sin pensarlo o solo por contentar a su madre: Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío”.