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El encuentro tuvo como propósito compartir conocimientos y experiencias sobre temáticas como el amor, la amistad, la vocación, el matrimonio y la sexualidad. El festival no solo ofreció música y charlas, sino también un espacio de adoración del Santísimo Sacramento. Los participantes nos cuentan que pudieron “aprender, cantar y alabar a Dios en un ambiente que era festivo, espiritual y de formación a partes iguales”.

¿Por qué fuiste a este encuentro?

Carmen: Había oído hablar de pasada lo que era “La Teología del Cuerpo” y cuando unos amigos me mencionaron este evento no dudé ni un segundo en apuntarme. Igual que uno se está preparando toda la vida para el futuro profesional, que si el colegio, la universidad, máster, doctorado… También me parece fundamental educarnos en aquello que nos va a acompañar toda la vida, el cuerpo. Y formarse en el amor, las relaciones, la paternidad, la maternidad… Además, escuchar a personas hablar del amor ayuda a luego saber transmitirlo.

Igual que uno se está preparando toda la vida para el futuro profesional, que si el colegio, la universidad, máster, doctorado… También es fundamental educarnos en aquello que nos va a acompañar toda la vida, el cuerpo.

Jesús: Este pasado verano tuve la suerte de participar en el campamento de Yiós, e iniciarme en el gran regalo de la Teología del Cuerpo, al iniciar el curso unos amigos me hicieron saber sobre el The Body Fest y no dudé en apuntarme.

Joaquín: Era el típico plan por el que me apetecía pasarme. Algunos de los que cantaban y hablaban son amigos míos, así que no podía perderme el evento. Además, tenía una cierta intriga por saber cuál sería el formato en el que nos transmitirían la Teología del Cuerpo a todos los que fuésemos. Sin embargo, me ocurrió lo inesperado. Cuando iba a sacar mi entrada resultó que estaba ya todo completo. Gracias a Dios pude conseguir una entrada y disfrutar del encuentro. Fue para mí una noche disfrutadísima.

¿Qué buscabas?

Carmen: Vivimos en una sociedad donde se vive como si el cuerpo fuera algo independiente, como si la dimensión física no tuviera repercusión sobre el resto de dimensiones. Como si estas no estuvieran interrelacionadas, sino dividas. Como si lo que hiciéramos con el cuerpo y cómo lo tratamos no nos afectara en absoluto. Y cuando la sociedad está continuamente diciendo que nuestro modo de vida no es el “apropiado” e insiste en que no te va a llevar a la felicidad, no es tan fácil no hacer caso. Y por eso, para que nuestras creencias no se tambaleen, necesitamos formarnos muy bien. Y, asimismo, poder llevar lo aprendido a todo el que lo necesita. Buscaba más formación para poder llevar este amor entusiasmaste a todo el mundo.

Jesús: Como miembro del Regnum Christi, busco formarme para formar, tener medios suficientes para nadar contracorriente en una sociedad en la que la persona es un mero instrumento cuyo valor depende de su utilidad, por ello asistí al The Body Fest en busca de instrumentos que me ayudasen a llevar a cabo mi misión como apóstol, llevar al mundo la verdad y el amor de Cristo.

Como miembro del Regnum Christi, busco instrumentos que me ayuden a llevar a cabo mi misión como apóstol, llevar al mundo la verdad y el amor de Cristo.

¿Qué has encontrado?

Carmen: He encontrado a Dios en cada palabra, en cada canción, en cada oración, en cada amigo, en cada testimonio, en cada ponente, en cada mirada… Y, sobre todo, he encontrado a Dios en mí, en mi cuerpo, en mi humanidad. Es Cristo quien nos revela nuestra identidad. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Toda parte de mi cuerpo que no me gusta o querría cambiar fue pensada y creada en detalle. Así como soy, es como Dios me creó para elaborar su misión.

He descubierto que soy hija amada y que precisamente por ello, Dios tiene un plan más grande para mí. Se repitió mucho que nuestra vocación era al amor. Y a mí, me imagino que al igual que todos, la pregunta de “¿qué quiere Dios de mí?” me da mucho vértigo. Pero el vértigo no es malo, como dijeron: “Tírate a la piscina y disfruta del vértigo”. Lo que está claro es que Dios nos llama a que amemos como Él nos amó. Y a que enseñemos y llevemos ese amor a todo aquel que aún no lo ha conocido. El amor sí existe, y vence siempre.

Jesús: Nada más llegar era inevitable ver la mano de Dios en esto, más de mil jóvenes reunidos la víspera de Todos los santos para formarse y acompañar a Cristo durante la noche, buscaban encontrar la verdad, esa verdad ineludible inscrita en nuestros corazones, esa verdad que respalda todas nuestras acciones, un deseo ardiente en el corazón: Amar y ser amado.

Joaquín: No llevaba ninguna expectativa más allá de ver a mi gente conocida, y resultó que allí estaba todo el mundo. No me esperaba que hubiese tanta gente. Llegué cuando estaba a punto de comenzar y me encontré un polideportivo inmenso a rebosar.

Pude aprender, cantar, alabar a Dios en un ambiente que era festivo, espiritual y de formación a partes iguales. A mi alrededor había algunas chicas jóvenes tomando apuntes de las palabras tan interesantes que nos iban dirigiendo. Fue especial el momento en el que a los sacerdotes y consagrados nos dieron un fuerte aplauso por nuestra entrega. Se notó el abrazo de tanta gente en esas palmas.

La música tuvo un papel fundamental. Cantaron Kénosis, Hakuna y mis amigos de Trigo13. Fue muy especial dar un sentido más profundo a cada canción. Porque iban unidas a cada charla.

Aprovecho para dar mi enhorabuena a la organización por lo que nos permitieron vivir esa noche en la Francisco de Vitoria. Al volver a casa tenía esa sensación de haber disfrutado de un día muy pleno. Y di gracias a Dios por estas cosas tan bonitas que me permite vivir.