Votos definitivos de Mabel Barrero: “En la consagración hay una relación de dos personas vivas, no es algo abstracto, sino real, además la iniciativa es de Cristo”
LomásRC
- El Señor ha hecho un trabajo intenso en mí, sin duda si me veo en aquel momento en que entré al curso Previo y ocho años después… el Señor me ha humanizado.
- Creo que toda persona necesita un lugar donde pueda ser vulnerable, y mi comunidad es ese lugar seguro para mí en el que he podido ser yo.
- El número 12 de nuestras Constituciones define muy bien lo que es la relación esponsal: “La consagrada vive desde la experiencia del amor personal, real, apasionado y fiel de Cristo…”.
Mabel es colombiana. Nació en Bogotá hace 32 años. Estudió Derecho y era abogada de profesión, pero después de un retiro de Emaús su vida inició un giro. Llegaron a su cabeza y a su corazón muchas preguntas, pero nos cuenta que únicamente con la ayuda de las consagradas del Regnum Christi llegó a conocer a Jesús, “y eso fue aún más fuerte para mí, porque cuanto más lo conocía, más me sentía llamada a seguirlo, y a medida en que conocía el Regnum Christi y a las consagradas, más me di cuenta que la experiencia personal del amor de Jesús es lo que reúne e invita a la donación total”. La historia de Mabel es la historia de una mujer que se encontró con Cristo y vendió todo por seguir a ese tesoro que encontró tras la universidad.
¿Cómo te sientes en estos días, en vísperas de emitir tus votos definitivos? ¿Cristo sigue sorprendiéndote en esta carrera de fondo?
Desde que supe la fecha, los nervios se han intensificado, pero es algo especial, porque son nervios de saber que estamos a nada de dar un ‘sí’ para siempre, y eso creo que cualquier persona que esté ante una situación similar, lo vive. Estas reacciones me hablan de lo que es esta relación: me estoy entregando para siempre a un Cristo vivo. Es alguien real que está en todo, y claro que me sigue sorprendiendo: me muestra detalles que me hacen ver claramente que Él es parte activa en esto, incluso en la organización de la misa, la selección de la fecha, etc.
¿Cómo conociste a Jesús? ¿Y al Regnum Christi?
Sabía que existía Dios desde pequeña, en mi casa se vive la fe y además estudié en un colegio de monjas y luego en un colegio laico con una devoción especial a la Virgen de Fátima. Entonces, puedo decir que siempre había una idea de Dios, pero no era algo muy cercano para mí.
Terminada la universidad, empecé a asistir a Emaús y ahí iba cambiando esa imagen de Dios. Sin embargo, solo cuando conocí a las consagradas del Regnum Christi, fue cuando puede experimentar la relación con Jesús de manera personal. Y eso, definitivamente, me llamó la atención. Fue una novedad para mí.
Casi que todos los días yo me preguntaba por la felicidad profunda, la que no me daba ni una fiesta, ni ganar un recurso, sino la que me daban tres días de retiro.
¿Cómo te dijo el Señor que te quería consagrada en el Regnum Christi? ¿Recuerdas cómo fue tu ‘sí’ al Señor?
Yo estaba muy feliz trabajando como abogada. Me gustaba lo que hacía, pero empezaba a experimentar que algo faltaba y ese algo se empezaba a llenar cada vez que servía en Emaús. Entonces, cada vez que se terminaba un retiro yo empezaba a tener crisis de identidad, porque sentía de una forma que para mí era rara, que yo no tenía que solo ayudar en retiros de tres días, sino que tenía que dedicar mi vida a Jesús. Pero esas invitaciones no me gustaban porque no me imaginaba en otra cosa que no fuera ejerciendo el Derecho. Yo intentaba evadir el tema, pero ahí seguía insistiendo.
Luego eso empezaba a ser más fuerte y más frecuente, casi que todos los días yo me preguntaba por la felicidad profunda, la que me no daba ni una fiesta, ni ganar un recurso, sino la que me daban tres días de retiro, y creo que esa pregunta por la felicidad fue la puerta que usó Dios para presentarme una opción de vida que yo nunca me había ni planteado.
El problema estaba en que para mí no tenía nada de lógica que el Señor me quisiera de monja, porque no creía que yo fuera el “prototipo. No me imaginaba ni un poquito en un convento. Pero luego, cuando conocí a una consagrada, el estilo en que me hablaba de Jesús me atraía mucho y me ayudaba a vivirlo más natural. Así que dejé de lado el tema vocacional y me dediqué con su ayuda a conocer a Jesús. Y eso fue aún más fuerte para mí, porque cuanto más lo conocía, más me sentía llamada a seguirlo, y a medida en que conocía el Regnum Christi y a las consagradas, pues me daba cuenta que no hay “prototipos” que cada una es más diferente que la otra, y que la experiencia personal del amor de Jesús es lo que reúne e invita a la donación total. Y después de unos años, ya me decidí a dar el paso, a decirle ‘sí’.
Y tu familia, ¿cómo reaccionó?
Creo que yo lo hice mal, porque nunca les conté lo que iba experimentando. Como para mí era tan raro el tema, pues prefería no hablarlo con ellos. Y ya cuando estaba decidida a irme de ‘colab’ para discernir de manera más seria, se lo dije primero a mis hermanos y ellos se sorprendieron, pero me apoyaron. Y ya con la ayuda de ellos lo dije a mis papás. Comprensiblemente les sorprendió, quizá al que más le costó fue a mi pa, porque no entendía que yo dejara mi carrera por algo así.
Tú estudiaste Derecho, ¿en qué te ha servido la formación civil en tu vocación?
Sí, estudié Derecho, me gradué y lo ejercí dos años en Colombia en una firma de abogados. Precisamente siendo consagrada, he comprendido que estudiar Derecho ha sido algo muy importante para mí en cuanto a mi persona (más que profesionalmente). Llevo mi carrera por las venas y no podría identificarme ni entenderme sin ese aspecto en mi vida; el Señor definitivamente lo sabía y me dio la oportunidad de estudiarlo, de disfrutarlo y apropiarme de ello.
Ahora llevo solo año y medio en prácticas apostólicas y creo que he podido aportar un poquito en temas jurídicos.
Hay una relación de dos personas vivas, que no es algo abstracto, sino que es algo real, que además viene dada por la iniciativa de Cristo y esto es muy fuerte.
¿Cómo te ves desde que dijiste que sí a Dios hasta ahora que vas a emitir tus votos definitivos? ¿Qué es lo que ha cambiado en tu vida?
El Señor ha hecho un trabajo intenso en mí, sin duda si me veo en aquel momento en que entré al curso Previo en Monterrey y ahora ocho años después, pues sí hay un cambio gigante, el Señor me ha humanizado. Creo que ahora soy una persona más “real”. Este pasaje de Ezequiel de cambiar el corazón de piedra por un corazón de carne podría definir un poquito este proceso. Y lo conmovedor es saber que lo seguirá haciendo.
Cambiemos de tema, ¿cómo es la comunidad de consagradas en la que vives? ¿Cómo te ayuda a la hora de confirmar que efectivamente Dios te quiere aquí?
Mi comunidad ha sido muy importante en mi proceso vocacional, se lo he dicho muchas veces, pero es que lo vivo así. Creo que toda persona necesita un lugar donde pueda ser vulnerable y mi comunidad es ese lugar seguro para mí en el que he podido ser yo, en el que me he equivocado y me han ayudado, en el que constantemente estoy aprendiendo de las demás, en el que he podido ser muy libre, y ahí, siendo muy yo, se ha podido ir viendo que va “floreciendo” la personalidad consagrada.
¿Y qué papel juega la familia Regnum Christi -legionarios, consagradas, laicos consagrados y laicos- en tu experiencia vocacional hasta emitir tus votos definitivos?
Aquí es significativa la experiencia que tuve en Chile como colaboradora, porque en la sección en la que estaba (la Dehesa) había mucho trabajo en equipo con Laicos consagrados, Legionarios, Laicos y Consagradas. Y esa fue mi primera experiencia fuerte en el Regnum Christi, entonces, fue experimentar que esto se trata de familia, que no hay forma de entenderme como consagrada sin los demás miembros del Regnum Christi.
¿Qué quiere decir que una consagrada tiene una relación esponsal con Jesús? ¿Qué caracteriza esa relación?
El número 12 de nuestras Constituciones me gusta mucho, porque define muy bien lo que es esta relación “la consagrada vive desde la experiencia del amor personal, real, apasionado y fiel de Cristo…”.
Hay una relación de dos personas vivas, que no es algo abstracto, sino que es algo real, que además viene dada por la iniciativa de Cristo (esto es muy fuerte). Yo puedo hacer una entrega a perpetuidad solo porque sé que hay Alguien a quien me entrego: no estaré soltera, sino que tengo una relación esponsal con Cristo, que es diferente a la que tienen dos esposos en el matrimonio; es una esponsalidad que se entiende, no a través de la lógica, sino desde el plano de la fe.
No hay forma de entenderme como consagrada sin los demás miembros del Regnum Christi.
¿Qué le dirías a una chica o a un chico que está discerniendo si Dios le llama a la vida consagrada?
Cuando estaba discerniendo de si dar el paso o no, todo me hablaba de vocación a la vida consagrada y me agobiaba porque no quería aceptarlo y, además, no me gustaban las típicas frases de cartelito de “no tengas miedo”, “ven y veras”, “Cristo no te quita nada, sino que te da todo”, etc., etc… Todo eso me chocaba, pero ahora que lo pienso, solo se me ocurren esas cosas porque, aunque suenen a frases hechas, lo sorprendente es que ¡sí son verdad! Quisiera decir algo más elaborado, pero solo puedo decir “no tengas miedo”, “ven y veras”, “Cristo no te quita nada, sino que te da todo”…
Pim, pam, pum
- El pasado: misericordia
- El presente: nervios
- El futuro: confianza
- Votos definitivos: totalidad
- Comunión: Constante
- Los otros: Don
- Colombia: tierra querida
- Laico: compromiso
- Legionario de Cristo: Sacerdote
- Consagrada: Hermana
- Laico consagrado: testimonio
- Tu familia: amor
- Jesús: seguridad
- Anillo: Símbolo
- Estudios anteriores antes de consagrarte: Derecho
- Misión: hacer presente a Cristo
- Iglesia: cuerpo de Cristo
- Sufrimiento: Presencia constante de Dios
- Vida: Eternidad
- Apostolado: envío
- Una canción: Si tú me lo pides. Pedro Capó
- Un libro: El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas
- Una película: Worth
- Tu color preferido: azul
- El número favorito de los Estatutos del Regnum Christi: 7 y 8
- Tu número favorito de las Constituciones de las Consagradas del Regnum Christi: 12
- Tu santo favorito: San Agustín
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